La formación de tejido cicatricial es parte de la forma en que el cuerpo ayuda a curar una infección de la piel. El enrojecimiento se llama eritema. La curación causa inflamación y el proceso de hacer nuevos vasos sanguíneos, llamado neovascularización. Parte de la inflamación y los nuevos derrames de sangre no se curan con el tiempo o tardan demasiado en sanar. Ciertos tratamientos con láser pueden hacer que el tejido cicatricial se desvanezca mucho más rápido y con mejores resultados finales.

Un grupo de láseres llamados láseres de colorante pulsado usa 595 nanómetros de luz para encontrar y tratar la porción de oxihemoglobina de los glóbulos rojos dentro de los vasos . Se dirigen selectivamente al color rojo. Con unos pocos tratamientos de láser fáciles, el color anormal se puede restaurar a un color de piel saludable. Estos láseres muy seguros fueron diseñados para tratar las manchas de vino de Oporto en niños (afecciones de la piel rojizas que pueden persistir hasta la edad adulta) y ahora se usan en cualquier tejido rojo no deseado. Se usan comúnmente para remediar la rosácea, los vasos sanguíneos rotos e incluso algunas arañas vasculares.

Los láseres restauran el color normal de la piel eliminando los vasos sanguíneos más pequeños, que dan un tono rojizo a la piel. Los dispositivos apuntan al enrojecimiento y ponen su energía de luz en la piel. Las cosas que son de color rojo absorben mejor la longitud de onda de la luz y se "eliminan" de forma selectiva. El material es reabsorbido de nuevo en el cuerpo. Nuestro cuerpo "se come" las células y los tejidos no deseados y se deshace de ellos todo el tiempo. La energía del láser hace que esas células se "calienten" y se sometan a la eliminación natural del cuerpo.

Cuanto más clara es la piel, más fácil es ver el enrojecimiento. La rosácea, por ejemplo, que es una afección de la piel que aumenta el enrojecimiento de la piel, es más común entre las personas de piel clara. Sin embargo, incluso la piel oscura aparece roja después de una infección de la piel. Esto se debe a que el enrojecimiento es un efecto de la inflamación que contribuye a la cicatrización de la herida. Nuestros cuerpos dirigen el flujo de sangre al área de infección o trauma, y ​​esto causa el enrojecimiento inicial. Sin embargo, el enrojecimiento excesivo que persiste después de que la infección desapareció, es parte del proceso de cicatrización y se puede tratar.