La creosota es una mezcla de sustancias químicas para diversos usos, como pesticidas, conservantes de madera, techos y pavimentación de carreteras. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer identifica la creosota como un carcinógeno humano. La ingestión de altos niveles de creosota tiene muchos efectos negativos para la salud, incluidos dolores de estómago, problemas respiratorios, irritación de la piel y daño renal y hepático. La creosota es un irritante para la piel y causa daños en la piel, como ampollas o descamación al contacto.

Síntomas de envenenamiento por creosota

Usted puede exponerse a la creosota trabajando en una industria con uso de creosota, como en Industrias productoras de coque o de asfalto, que viven en una casa tratada con creosota, que comen pescado de agua contaminada o agua potable contaminada por un sitio de desechos peligrosos. Las pruebas médicas no están disponibles para determinar la exposición a la creosota. Los médicos pueden tomar muestras de tejido, sangre y orina para detectar sustancias químicas en la creosota, como fenoles y pireno, pero estas pruebas son inusuales debido a los requisitos de los equipos especiales de laboratorio. Los síntomas de la exposición de la piel a la creosota incluyen enrojecimiento y sensación de ardor. También puede experimentar vómitos, dificultades respiratorias, dolores de cabeza y convulsiones.

Descontaminación

Retire la ropa contaminada inmediatamente después de la exposición a la creosota en la piel. Enjuague y lave la piel con abundante agua fría y jabón durante al menos 10 minutos. Es posible que se requiera una ducha y un lavado con champú para eliminar los químicos del cuero cabelludo y el cabello. Póngase en contacto con un médico para examinar la piel si el dolor continúa después del lavado.

Tratamiento

Evite realizar actividades que puedan causar una mayor exposición a la creosota. Evite la luz solar, que puede agravar la condición de la piel. Trate los síntomas de ardor e irritación de la piel con lociones, cremas o pomadas como el gel de aloe vera, que tiene propiedades curativas naturales. Pregunte a su médico o farmacéutico cuál es el producto más adecuado.