Dietas sin grasa o bajas en grasa

La grasa a menudo se teme por su potencial para aumentar el peso corporal y la grasa corporal almacenada. Mientras que consumir demasiada grasa en la dieta puede conducir a la obesidad, la grasa desempeña muchas funciones vitales en el cuerpo humano. Una dieta completamente sin grasa puede ser insalubre e incluso peligrosa. Para algunas personas, las dietas bajas en grasa pueden ser una herramienta eficaz para promover la pérdida de peso. Sin embargo, es importante entender qué grasas deben eliminarse y qué grasas son necesarias para una buena salud.

Importancia de la grasa dietética

Los ácidos grasos esenciales son grasas que el cuerpo no puede producir por sí solo, que deben Ser consumido a través de fuentes dietéticas. Los ácidos grasos esenciales, junto con los triglicéridos y el colesterol, son importantes para el almacenamiento de energía, el aislamiento corporal y la protección de órganos vitales, como el corazón, los riñones y el hígado. Las grasas dietéticas también son importantes para la función inmune y las reacciones químicas que ayudan a regular el crecimiento, la reproducción y el metabolismo. Ciertas vitaminas, conocidas como "vitaminas solubles en grasa", también requieren grasa para la absorción y el almacenamiento, lo que hace que el consumo de grasa sea esencial para una buena salud.

Peligros de las dietas sin grasa

Cuando se elimina completamente la grasa De su dieta, su cuerpo no podrá funcionar de una manera sana y normal. Las grasas son importantes para el desarrollo del cerebro, la coagulación de la sangre y el control de la inflamación. Cuando no consume grasa, su cerebro carece de los nutrientes que necesita para funcionar correctamente y se pone en riesgo de sangrado. Los desequilibrios en la grasa de la dieta, ya sea demasiado o muy poco, pueden provocar enfermedades, y debido a que las grasas pueden servir como una fuente de reserva de energía, la eliminación completa de las grasas de la dieta puede dejarlo con falta de energía. Las dietas bajas en grasa y Pérdida de peso

Las dietas bajas en grasa se han promovido durante décadas como una forma de disminuir el riesgo de enfermedades del corazón y promover la salud en general. La Escuela de Salud Pública de Harvard, sin embargo, señala que las dietas bajas en grasas no son todo lo que son tan buenas. La escuela cita un estudio publicado en 2006 en "The Journal of the American Medical Association" que encontró que la reducción de la ingesta de grasas no redujo significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular o accidente cerebrovascular. Sin embargo, debido a que cada onza de grasa dietética contiene más del doble de calorías que las proteínas o los carbohidratos, reducir la ingesta de grasa puede reducir significativamente el consumo total de calorías. Un estudio publicado en 2004 en "The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism" encontró que las dietas bajas en grasa y bajas en carbohidratos eran igualmente efectivas para disminuir el peso corporal en adultos obesos.

Grasas para mantener y Grasas para cortar

Las dietas que son relativamente bajas en grasa pueden ser seguras, siempre y cuando sepa qué grasas cortar y cuáles conservar. Las grasas poliinsaturadas contienen dos clases de ácidos grasos esenciales, omega-3 y omega-6, que son necesarios para una buena salud. Estas grasas se pueden encontrar en los pescados grasos, como la trucha, el arenque y el salmón, así como en los aceites vegetales, incluido el aceite de soja y el aceite de maíz. Las semillas de lino y las nueces también son buenas fuentes de grasas omega. La grasa monoinsaturada es otro tipo importante de grasa que se puede encontrar en las nueces, los aguacates, el aceite de oliva, el aceite de canola y el aceite de girasol. Si bien estas grasas no saturadas pueden reducir su riesgo de enfermedad cardíaca, las grasas trans y las grasas saturadas pueden aumentar su riesgo de enfermedad cardíaca. Las grasas saturadas se encuentran más comúnmente en fuentes animales, como carnes grasas, mantequilla, queso y leche entera. Los ácidos grasos trans se pueden encontrar en muchos alimentos envasados ​​y productos horneados.