Síntomas de vino rojo y de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central. La causa de la enfermedad es desconocida, aunque las mutaciones genéticas y los desencadenantes ambientales pueden ser factores. Además, los afectados por la enfermedad tienen cambios específicos en el cerebro. Los estudios sobre el resveratrol, un químico que se encuentra tanto en el vino tinto como en la piel de las uvas, sugieren que el químico puede disminuir el daño cerebral causado por la enfermedad de Parkinson. Estos estudios han despertado el interés en el potencial de aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, para los cuales no existe cura, y retrasar la progresión de la enfermedad con el vino tinto.

Síntomas y cambios cerebrales

Los síntomas del Parkinson varían entre los pacientes: incluyen temblores, dificultad para caminar, problemas del habla y la ausencia de expresiones faciales. Otros síntomas son la pérdida de movimientos automáticos e inconscientes, como sonreír y parpadear, un rango limitado de movimiento y rigidez muscular. La enfermedad eventualmente causa pérdida de movilidad, pérdida de memoria y, para algunas personas, demencia. El tratamiento implica el manejo de los síntomas con medicamentos, cambios en el estilo de vida, fisioterapia y cirugía. Los científicos atribuyen los síntomas de Parkinson a los cambios cerebrales que se observan en las personas con la enfermedad: los niveles bajos de dopamina resultan de las células productoras de dopamina dañadas. Las terminaciones nerviosas dañadas causan niveles bajos de norepinefrina, una sustancia química que ayuda a regular el sistema nervioso autónomo. Grupos de proteínas llamados cuerpos de Lewy se forman en el cerebro. Sin embargo, los científicos no saben cómo se forman los grupos o cómo influyen en los síntomas de Parkinson.

Absorción de resveratrol

El resveratrol es el químico en el vino tinto que se muestra prometedor en el manejo de los síntomas de Parkinson. Grandes cantidades de resveratrol se producen en la piel de las uvas. Las uvas rojas contienen más resveratrol que otras fuentes de alimentos, y el vino tinto contiene más resveratrol que el vino blanco. Sin embargo, 8 onzas de vino tinto contienen solo 1 a 2 miligramos de resveratrol. En un comunicado sobre un estudio de resveratrol y Parkinson realizado en 2008, el Dr. Stephen Taylor, de la Universidad de Queensland, señala que la mayoría del resveratrol en el vino tinto se inactiva en el hígado o el intestino del cuerpo antes de que llegue al torrente sanguíneo. Taylor sugiere que la absorción efectiva de resveratrol por beber vino tinto puede ser posible con un control más deliberado del proceso de bebida, como beber lentamente y mantener el vino en la boca durante períodos más prolongados.

Resveratrol Studies

A 2008 Un estudio publicado en el "European Journal of Pharmacology" informa que el resveratrol protege las células y los nervios y reduce significativamente el daño cerebral en ratas que padecen Parkinson después de tan solo dos semanas de tratamiento. Un estudio de 2010 publicado en "Brain Research" informa que mejoró la coordinación motora y el rendimiento de las tareas de pasos después del tratamiento previo con resveratrol. El estudio también observó una reducción del agotamiento de la dopamina y una disminución del daño cerebral. Un estudio de 2011 realizado y publicado por Hope College concluyó que el resveratrol protege contra el daño celular causado por los tubos insertados en el cerebro para su uso en la estimulación cerebral profunda, o DBS, el tratamiento. El daño celular hace que los tratamientos con DBS sean menos efectivos con el tiempo.

Precauciones

Los pacientes con enfermedad de Parkinson deben consultar a un médico antes de tomar vino tinto o tomar resveratrol como suplemento. El vino tinto interactúa peligrosamente con altas dosis de los medicamentos conocidos como inhibidores de la monoaminooxidasa, o inhibidores de la MOA-B, utilizados en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Los médicos recetan dosis bajas de inhibidores de MOA-B, que incluyen rasagilina y selegilina, para prevenir la descomposición de la dopamina en los pacientes de Parkinson. Mezclar el vino tinto con dosis de MOA-B más altas que los niveles bajos utilizados en el tratamiento de Parkinson puede causar dolor de cabeza severo y posiblemente presión arterial alta mortal.