Signos y síntomas de trastornos de ansiedad

La ansiedad puede aparecer tan bruscamente y con tanta intensidad que te hace sentir como si estuvieras siendo atacado por una fuerza externa. Para comprender y desmitificar mejor esta emoción, echemos un vistazo más de cerca a la vía neurofisiológica para aprender cómo se crea la ansiedad.

Desencadenantes

La ansiedad puede ser estimulada por algo "aterrador" que se nota en su entorno, como como un ruido fuerte en la noche, una factura inesperada o un jefe enojado. La emoción también puede ser provocada internamente por un sueño, un pensamiento negativo o una sensación corporal. A veces, estos factores estresantes externos o internos pueden ser tan repentinos y fugaces que ni siquiera puede calcularlos conscientemente, aunque su sistema nervioso los haya registrado. Todo lo que se nota es que está ansioso sin motivo aparente.

Brain Response

Los desencadenantes de ansiedad activan la amígdala, un grupo de células en forma de almendra que forman parte del sistema límbico del cerebro y desempeñan un papel importante. papel en las respuestas emocionales y la memoria a largo plazo. La amígdala, que también se ha denominado "el interruptor de ansiedad", evalúa si la información que recibe podría estar relacionada con algún evento peligroso o amenazador del pasado. Cuantos más recuerdos se asocian con el miedo y la ansiedad, más fácilmente despertará la amígdala.

Liberación de la hormona del estrés

Tan pronto como su cerebro considera una situación potencialmente peligrosa, el hipotálamo y la glándula pituitaria estimulan la liberación de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, para preparar a su cuerpo para una respuesta adecuada de vuelo, vuelo o congelación.

Respuestas fisiológicas

Las hormonas del estrés aumentan su ritmo cardíaco, respiración, nivel de azúcar en la sangre, Transpiración y circulación sanguínea a los músculos. Como resultado te sientes caliente, sudoroso y tenso; tu corazón late con fuerza y ​​respiras más rápido; Puede comenzar a temblar, temblar o incluso experimentar dolor en el pecho. Estas reacciones fisiológicas pueden ser tan repentinas, incómodas y abrumadoras que ellas mismas pueden provocar ansiedad adicional. Esta es la razón por la que las personas pueden temer más a su propia ansiedad en comparación con las amenazas externas percibidas.

Esta vía neurofisiológica está diseñada por la naturaleza para protegerlo del peligro y mantenerlo a salvo. En otras palabras, la ansiedad es un sentimiento normal con un propósito importante. Sin embargo, cuando incluso los desencadenantes más pequeños hacen que la vía de ansiedad reaccione de forma exagerada regularmente, se trata de un trastorno de ansiedad. Los factores distintivos entre un nivel normal de ansiedad o un trastorno de ansiedad son si sus sentimientos le causan sufrimiento o comportamiento disfuncional o interfiere con su vida diaria.

Síntomas típicos de trastornos de ansiedad

Preocupación excesiva y pensamientos acelerados - Abrumados y con dificultad para concentrarse - Analizando en exceso los desafíos pasados ​​o presentes y reflexionando sobre el peor escenario posible - Hipervigilancia y tratando de microgestionar a otros y sus circunstancias externas - Sentimientos de impotencia e incapacidad para tomar decisiones - Crecientes dificultades en el trabajo y las relaciones debido a inseguridad, duda y miedo: buscar distracciones en conductas adictivas, como apostar, comer, tener relaciones sexuales o trabajar. Auto-medicación con alcohol, nicotina u otras drogas. Dificultad para quedarse dormido o despertarse en medio de la noche. relájese de nuevo: síntomas físicos como presión arterial alta, latidos cardíacos irregulares, dolor crónico y fluctuación de peso -