Evidencia científica contra dietas de tipo sanguíneo

La dieta de tipo sanguíneo ha recibido una enorme cantidad de exposición en la última década por sus supuestos beneficios para la salud. Basado en el trabajo del médico naturista Peter D'Adomo, la premisa básica de la dieta de tipo sanguíneo es que puede lograr una mejor salud y bienestar al comer alimentos "correctos" para su tipo de sangre. Hasta la fecha, ninguna evidencia clínica apoya el uso de la dieta, ni existe ninguna evidencia científica específica contra la dieta del tipo de sangre.

Acerca de la dieta

La idea esencial detrás de la dieta del tipo de sangre es que ciertos compuestos en los alimentos , conocidas como lectinas, causan una reacción con moléculas que determinan diferentes tipos de sangre. Las lectinas son proteínas que se unen a las moléculas de azúcar y se encuentran más comúnmente en los granos, frijoles y semillas. La dieta postula que los tipos de sangre individuales evolucionaron según la disponibilidad de ciertos alimentos a lo largo de la historia y que la capacidad de digerir y metabolizar las lectinas es diferente para cada tipo. Esencialmente, tu tipo ancestral determina lo que debes comer. El tipo O reportado por D'Adomo como el primer tipo de sangre en evolucionar, está asociado con el "cazador", que requiere una dieta de alimentos ricos en proteínas. En una entrevista de 2008 con NPR News, la Dra. Christine Cserti-Gazdewich, hematóloga de la Universidad de Toronto, afirma que el tipo de sangre A fue en realidad el primer tipo de sangre que evolucionó en humanos prehistóricos. El tipo A está asociado con el desarrollo de la agricultura y se cree que requiere una dieta que se incline hacia el vegetarianismo. El tipo B es el "nómada", que se cree tiene una mayor tolerancia para muchos tipos de alimentos, incluidos los productos lácteos. Finalmente, se cree que el tipo AB requiere una combinación de alimentos recomendados para los tipos de sangre A y B.

The Case Against Lectin

Si bien no hay estudios clínicos que apoyen o refuten las afirmaciones de D'Adomo de que comer para su tipo de sangre puede promover la salud, la dieta ha recibido muchas críticas por parte de los profesionales médicos, particularmente con respecto a la premisa de la lectina. En un artículo para EarthSave, una agencia sin fines de lucro que promueve la alimentación saludable en personas y familias desfavorecidas, el Dr. Michael Kapler señala que no existe evidencia científica sólida que respalde la idea de D'Adomo de que las reacciones de la lectina son en última instancia responsables de la mala salud y otros tipos de trastornos corporales. Por ejemplo, en un artículo para su sitio web, D'Adomo afirma que los tipos de sangre tipo O no pueden tolerar el trigo o los productos lácteos. Sin embargo, no especifica lo que realmente significa y lo atribuye a un tipo de sangre en lugar de problemas médicos confirmados, como intolerancia al gluten o alergias al trigo.

Tipo sanguíneo y afecciones médicas

Otra afirmación clave hecha por D ' Adomo es que ciertos tipos de sangre son más vulnerables a enfermedades específicas y, por lo tanto, deben evitar ciertos alimentos que pueden causar o agravar estas condiciones. Aunque varios estudios científicos creíbles han intentado examinar el vínculo propuesto entre el tipo de sangre y ciertas enfermedades, no hay mucha evidencia que respalde el vínculo específico entre la dieta, el tipo de sangre y la enfermedad. Un estudio, publicado en 2002 en la revista "Medicina", encontró un vínculo entre el tipo de sangre B y un mayor riesgo de aterosclerosis coronaria en las mujeres. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde las afirmaciones de que seguir la dieta de tipo sanguíneo puede mitigar esta o cualquier otra condición.

Consideraciones

Los principales centros médicos y hospitales de enseñanza como el NYU Langone Medical Center no recomiendan siguiendo la dieta de tipo sanguíneo, debido a la falta de evidencia científica sólida y porque la dieta restringe severamente los tipos de alimentos que puede comer. Una opción más inteligente es seguir un plan de dieta saludable y bien equilibrado que cumpla con todos sus requisitos nutricionales. Consulte a su médico si necesita una recomendación para una dieta saludable que se adapte a sus necesidades específicas.

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