Las bacterias son una forma de germen diminuto que prospera en ciertos entornos. Las bacterias pueden reproducirse fuera o dentro del cuerpo si se dan las condiciones adecuadas y, en el peor de los casos, causan infecciones. El cuerpo alberga bacterias saludables en lugares como los intestinos o la vagina. Cuando las condiciones son óptimas para el crecimiento de bacterias no saludables, los niveles de bacterias saludables pueden disminuir.

Temperatura

La mayoría de las bacterias crecen a temperaturas de alrededor de 98.6 grados, la temperatura normal del cuerpo humano. El Centro Nacional de Información sobre Enfermedades Digestivas señala que las bacterias dañinas son la causa más común de las enfermedades transmitidas por los alimentos, y la temperatura es uno de los factores que promueve el crecimiento. Las bacterias se multiplican rápidamente cuando los alimentos se dejan a temperatura ambiente; Esto no se detecta a simple vista. La contaminación bacteriana por Escherichia coli o E. coli y Salmonella causa síntomas de calambres, náuseas o diarrea.

Nivel de acidez

Las bacterias requieren un cierto nivel de pH o acidez para prosperar. En las mujeres, la vagina mantiene un alto nivel de acidez, lo que evita que las bacterias y la levadura crezcan. La Academia Americana de Médicos de Familia explica que cuando la vagina pierde acidez debido a los cambios hormonales, el uso de antibióticos o productos femeninos, esto puede estimular el crecimiento bacteriano. El tratamiento para este tipo de infección bacteriana suele ser un antibiótico o un medicamento antifúngico.

Humedad

Las bacterias requieren cierta cantidad de humedad para crecer. Las bacterias del botulismo son organismos que prosperan en la humedad y forman esporas. Esto significa que cuando las condiciones son secas, las bacterias pueden permanecer latentes. Sin embargo, cuando regresa la humedad, las esporas se activan, lo que resulta en un crecimiento bacteriano. De acuerdo con Merck Manuals Online Medical Library, la reproducción de esta bacteria es altamente tóxica y, en casos graves, letal.