Bulimia Efectos a Largo Plazo

La bulimia nerviosa es un trastorno de la alimentación que conduce a episodios de atracones seguidos de una purga para deshacerse del exceso de comida. La purga puede implicar vómitos autoinducidos, ejercicio extremo o abuso de laxantes u otros medicamentos en un intento de compensar el atracón. Sin tratamiento, la bulimia puede causar consecuencias devastadoras para la salud del sistema digestivo y otros órganos. En algunos casos, la bulimia puede ser potencialmente mortal.

Problemas dentales y bucales

Las personas con bulimia que se purgan a través de vómitos autoinducidos tienen un mayor riesgo de caries y enfermedad de las encías. La exposición repetida a los ácidos del estómago puede erosionar el esmalte dental, decolorar los dientes y causar inflamación crónica de las encías. El vómito, el abuso de laxantes y el ejercicio excesivo también pueden causar deshidratación y sequedad en la boca, que promueven la caries dental y la enfermedad de las encías. Las personas con bulimia de larga duración también suelen desarrollar hinchazón de las glándulas salivales, lo que provoca la inflamación de las mejillas.

Trastornos digestivos

Los vómitos autoinducidos y el abuso de laxantes pueden causar una gran cantidad de efectos negativos en el sistema digestivo. Los vómitos crónicos pueden irritar y erosionar el revestimiento del esófago, el tubo que lleva los alimentos desde la boca hasta el estómago. El esófago puede sangrar o desgarrarse, y el reflujo ácido es común. El sangrado del esófago puede afectar los movimientos intestinales, lo que lleva a heces oscuras con aspecto de alquitrán. El sangrado rectal puede ocurrir porque las personas con bulimia tienden a experimentar estreñimiento severo, particularmente cuando abusan de los laxantes. Las úlceras estomacales, el vaciamiento lento del estómago y la inflamación del páncreas, llamada pancreatitis, son otras posibles complicaciones digestivas de la bulimia.

Períodos irregulares

La bulimia puede afectar la liberación de hormonas que regulan el ciclo menstrual. Alrededor del 50 por ciento de las mujeres con bulimia experimentan períodos irregulares o ausentes, informan los autores de un artículo de revisión de 2003 en "Primary Care Companion to the Journal of Clinical Psychiatry". Dado que la hormona reproductiva, el estrógeno, ayuda a mantener la fortaleza ósea, las mujeres con bulimia que tienen periodos persistentemente irregulares tienen un mayor riesgo de tener huesos débiles o quebradizos, una afección conocida como osteopenia, un precursor de la osteoporosis.

Los episodios repetidos de atracones y purgas pueden dañar el corazón y los riñones. La deshidratación crónica debida a la bulimia supone un estrés adicional para los riñones y, en casos graves, puede provocar insuficiencia renal. Incluso sin deshidratación severa, las personas con bulimia son propensas a los trastornos electrolíticos en la sangre. Los electrolitos, como el potasio, son sustancias que ayudan a controlar la contracción muscular en todo el cuerpo, incluso en el corazón. Los niveles de electrolitos pueden fluctuar debido a episodios de purga o por daño renal subyacente. Si los niveles de potasio, en particular, se vuelven demasiado altos o demasiado bajos, pueden producirse ritmos cardíacos anormales. Estos ritmos cardíacos pueden llegar a ser potencialmente mortales y hacer que el corazón se detenga.

Aunque la bulimia puede causar una amplia gama de complicaciones, la mayoría de ellas se pueden prevenir, tratar e incluso revertir. La búsqueda de atención médica en una etapa temprana de la enfermedad disminuye considerablemente el riesgo de efectos a largo plazo para la salud. Si usted o un ser querido tiene problemas con un trastorno alimentario, hable con su proveedor de atención médica lo antes posible.