Cheese Allergy Symptoms

Las alergias a los quesos son causadas por una reacción adversa en el cuerpo que se produce al ingerirlas, lo que provoca que los anticuerpos contra la inmunoglobulina E (IgE) reconozcan los productos químicos, las proteínas o el moho que se encuentran en el queso como sustancias nocivas. Los anticuerpos defienden el cuerpo mediante la liberación de histaminas químicas para combatir el alérgeno del queso. La producción de histamina causa inflamación de las fosas nasales, los pulmones, los senos paranasales, los oídos, los ojos y la piel, lo que provoca reacciones alérgicas que dan como resultado una serie de síntomas de alergia al queso.

Alergia al moho

Personas con alergias a Los mohos al aire libre y la penicilina son susceptibles a desarrollar alergias de reacción cruzada a los quesos curados, como la gorgonzola y el asiago, que contienen moho. Los síntomas de las alergias a los quesos añejos comúnmente producen síntomas de síndrome de alergia oral identificados por cosquilleo, picazón o sensación de ardor en los labios, lengua, boca y garganta que se activan a los cinco minutos de la ingestión y pueden ir acompañados de irritación de la piel, hinchazón facial, presión sinusal , congestión, estornudos, conjuntivitis alérgica y asma.

Tyramine Sensitivity

La tiramina es un químico que se encuentra en los alimentos fermentados. Este aminoácido estimula las respuestas de histamina en individuos alérgicos con sensibilidades químicas, lo que produce niveles excesivos de histamina que circulan por todo el cuerpo y agrava los síntomas preexistentes o provoca reacciones como congestión, estornudos, picazón en los ojos, urticaria, aumento del ritmo cardíaco, cefaleas, alta Presión arterial y dificultad para respirar. La tiramina se encuentra en los quesos procesados, los quesos a base de soja y los quesos añejos como el parmesano, el romano, el asiago, el brie, el americano, el roquefort, el gouda, el provolone y el colby.

Dairy Allergy

Alergias lácteas como las La leche y el queso causan reacciones debido a proteínas alergénicas que el cuerpo no puede procesar. El queso contiene caseína y suero de leche, siendo la caseína el principal desencadenante de las alergias al queso, especialmente en los quesos más duros. Las alergias a los quesos lácteos causan síntomas de letargo, falta de atención, ojeras, erupciones con picazón, urticaria, eczema, molestias digestivas indicadas por náuseas, vómitos, calambres y diarrea y problemas respiratorios como congestión, sibilancias, opresión en el pecho, dolor de garganta y asma. ataques.

Intolerancia a la lactosa

Las personas con intolerancia a la lactosa sufren de síntomas gastrointestinales que imitan ciertos síntomas de alergia a los lácteos, como hinchazón, cólicos, náuseas, flatulencia y diarrea, que a menudo causan la confusión de las afecciones. La intolerancia a la lactosa ocurre debido a deficiencias de lactasa en el sistema digestivo, lo que hace que el cuerpo sea incapaz de producir las enzimas necesarias para digerir la lactosa contenida en los productos lácteos. Los médicos realizan pruebas de aliento para diagnosticar o eliminar la posibilidad de intolerancia a la lactosa, que es útil para diagnosticar y tratar las alergias a los productos lácteos.

Diagnóstico /Tratamiento

Las alergias a los quesos se tratan de manera más efectiva al evitar los desencadenantes. Mantener un registro de los síntomas puede ayudar a determinar la fuente de alérgenos, mientras que las reacciones a otros alimentos pueden dar una idea de si existe una alergia a los productos lácteos o una alergia química. Ricotta y requesón pueden ser sustituidos en una dieta para aquellos alérgicos al moho y la tiramina, ya que ninguno de ellos contiene ingredientes alérgenos activos. Los síntomas de alergia al queso se pueden tratar con antihistamínicos orales y tópicos, inhaladores y corticosteroides.