Causas de la congestión matutina

La congestión matutina es común en algunas personas, y diferentes factores pueden provocar esta condición. La congestión ocurre en personas con resfriados, alergias y problemas de sinusitis. En algunos casos, estas personas pueden controlar los síntomas de congestión durante el día. Desafortunadamente, la congestión regresa por la noche y produce congestión nasal o dificultad para respirar en la mañana. Antes de poder tratar la congestión matutina, es imperativo identificar la causa.

Posición para dormir

La congestión a menudo es peor o se desarrolla en la mañana como resultado de su posición para dormir. Acostarse en la cama hace que la mucosidad se asiente en las fosas nasales. El moco se espesa durante la noche, y en la mañana, esto crea una congestión nasal o problemas respiratorios. Mantenerse elevado durante la noche evita que el moco se deposite en la nariz y promueve el drenaje regular. Dormir sobre dos o tres almohadas puede ayudar a que su cuerpo se mantenga ligeramente erguido durante la noche.

Aire seco

Otro factor que juega un papel en la congestión matutina es el aire seco durante la noche. La inhalación de este tipo de aire espesa gradualmente la mucosidad hasta el punto en que su cuerpo no puede liberar o expulsar la acumulación. El aire seco es común durante los meses de invierno cuando la temperatura en el hogar es más alta. Los humidificadores ayudan a eliminar la congestión de la mañana al agregar humedad a su dormitorio por la noche. Esta humedad adelgaza la mucosidad y restaura la respiración.

Alergias

Las alergias son otra causa común de congestión matutina. Las almohadas, las colchonetas y las colchas son un caldo de cultivo para el polvo y otros alérgenos, especialmente porque estos artículos no se lavan con frecuencia. Dormir sobre los alérgenos durante ocho horas puede desencadenar una serie de síntomas como tos, estornudos, ojos llorosos y congestión. Elimine la causa de la congestión matutina asociada con las alergias tomando un antihistamínico antes de acostarse, lavando la ropa de cama y las colchonetas una vez por semana o colocando plástico sobre el colchón para repeler el polvo.