¿Cómo funciona la función hepática en el sistema digestivo?

Producción de bilis

Una de las funciones principales del hígado es la producción de bilis. La bilis es importante para la digestión de las grasas. Las grasas son principalmente grasas e hidrófobas, lo que significa que no se disuelven bien en agua o en soluciones a base de agua. Debido a que el líquido dentro del estómago y los intestinos contiene mucha agua, las grasas que se consumen en la dieta tienden a pegarse en grandes glóbulos para minimizar la cantidad de contacto que tiene con el agua. La bilis ayuda a romper estos glóbulos porque tiene partes que interactúan bien con las grasas y partes que interactúan bien con el agua, esencialmente formando un puente entre las grasas y su entorno. Esto permite que las grasas sean absorbidas más fácilmente por los intestinos.

Metabolismo de la toxina

El hígado también puede desempeñar un papel en el sistema digestivo por la forma en que filtra las toxinas. Algunas cosas que el sistema digestivo absorbe pueden acumularse en la sangre y envenenar los tejidos del tracto digestivo u otros órganos. El hígado es una de las áreas principales en las que las toxinas y otras cosas se descomponen (un proceso llamado metabolismo). Esta es otra forma en que el hígado interactúa con el sistema digestivo, al metabolizar algunos de los nutrientes y sustancias químicas que absorbe. Por ejemplo, el hígado desempeña un papel importante en la forma en que el sistema digestivo maneja el alcohol, al ayudar a procesar y eliminar el químico.

Azúcar en la sangre

Otra función del hígado es cómo funciona con el sistema digestivo Para modular la cantidad de azúcar en la sangre. Cuando el sistema digestivo absorbe el exceso de azúcar en forma de glucosa, el hígado puede tomar parte de esta energía y convertirla en un carbohidrato altamente compacto llamado glucógeno. Esto permite que el hígado almacene el exceso de azúcar cuando se ha consumido. Durante los períodos en que el sistema digestivo no absorbe azúcar, el glucógeno se puede convertir de nuevo en glucosa y se utiliza para mantener altos los niveles de azúcar en la sangre, incluso en épocas de inanición.