Probióticos y aceite de pescado

Los probióticos y el aceite de pescado tienen una serie de impresionantes beneficios para la salud, por lo que son dos de los suplementos más populares disponibles. También se pueden encontrar en fuentes dietéticas. Cada uno tiene sus propios beneficios de salud únicos y no es necesario que se utilicen conjuntamente. Para evitar riesgos o posibles efectos secundarios, es importante consultar a su médico antes de tomar cualquier suplemento nuevo.

Antecedentes de probióticos

Los microorganismos pequeños viven naturalmente en su cuerpo. Promueven la salud digestiva y pueden prevenir las bacterias dañinas. El término probiótico se refiere a los microorganismos vivos que se encuentran en ciertos alimentos, como algunos yogures y miso. MayoClinic.com señala que se usan más comúnmente para tratar la diarrea, el síndrome del intestino irritable y otras enfermedades gastrointestinales. También se pueden usar para prevenir infecciones por levaduras, eccemas infantiles, resfriados y la recurrencia del cáncer de vejiga.

Recomendación sobre probióticos

Si está buscando fuentes dietéticas, una forma sencilla de agregar probióticos a su dieta es consumir yogur natural sin grasa que contiene cultivos vivos y activos a diario. Algunas marcas, que normalmente se anuncian para promover la regularidad o la salud digestiva, incluso están fortificadas con probióticos adicionales. Si decide tomar suplementos, consulte las instrucciones de dosificación o consulte a su médico de cabecera. La cantidad varía según el motivo de uso. Los efectos secundarios más comunes son gases, malestar estomacal y diarrea.

Antecedentes del aceite de pescado

El aceite de pescado contiene ácidos grasos omega-3, que se pueden desglosar en EPA y DHA. Promueven la salud cardiovascular y pueden ser beneficiosos para prevenir o aliviar los síntomas de afecciones causadas por la inflamación crónica, como la artritis reumatoide. Según la Asociación Americana del Corazón, el salmón tiene una de las concentraciones más altas de ácidos grasos omega-3. Caballa, arenque, trucha, sardina y atún también son buenas fuentes dietéticas de ácidos grasos omega 3.

Recomendación de aceite de pescado

La American Heart Association recomienda que los adultos saludables aumenten su consumo de omega-3 a través de fuentes dietéticas . Para ello, trate de comer pescado al menos dos veces por semana. Debido al riesgo de mercurio y otros contaminantes, las mujeres embarazadas y los niños pequeños deben limitar su consumo de pescado y evitar el pescado con alto contenido de mercurio, como el tiburón y el pez espada. Las personas con riesgo de enfermedad coronaria del corazón deben consumir 1 g de EPA y 1 g de DHA por día, además de una dieta rica en ácidos grasos omega-3. Se recomienda a las personas con triglicéridos altos que consuman de 2 a 4 g de EPA y DHA diariamente. Tomar altas dosis de aceite de pescado puede causar un sangrado excesivo.