Importancia de Sodio

El sodio es un mineral. En el cuerpo, lleva una carga eléctrica, y un mineral cargado se llama electrolito. El cuerpo regula el nivel de sodio en el cuerpo a través de numerosos procesos que interactúan porque la concentración debe permanecer en un rango estrecho. Si los niveles de sodio se desvían demasiado alto o demasiado bajo, esto causa problemas en el cuerpo. El sodio es importante para la distribución de fluidos, la presión arterial, el trabajo celular y la actividad eléctrica.

Distribución de líquidos

Los átomos de sodio tienen una fuerte carga eléctrica positiva. Se disuelven en los fluidos corporales, que en su mayoría son agua. El agua no lleva una carga, pero es una molécula polar. Esto significa que tiene un lado positivo y otro negativo. El agua sigue al sodio en el cuerpo. Si la concentración de sodio aumenta en un tejido, el líquido aumenta también. De esta manera, las concentraciones de sodio controlan la distribución de líquidos en el cuerpo. Esto es importante para garantizar que las células y los tejidos no se inflamen o contraigan.

Presión arterial

Además de los efectos sobre el tamaño de las células, la concentración de sodio ayuda a determinar la distribución de líquidos en los espacios de los tejidos, como Como los vasos sanguíneos. Una mayor ingesta de sodio conduce a la retención de más agua, incluida el agua en los vasos sanguíneos. Si aumenta la presión arterial demasiado alto, esto puede causar problemas de salud.

Cellular Work

El sodio también ayuda a transportar otros minerales y sustancias hacia y hacia las células. Dado que la concentración de sodio fuera de las células es más alta que el sodio dentro de las células, el sodio fluye hacia las células cuando se abren canales de proteínas especiales en la superficie de la célula. Esta fuerza se aprovecha para traer otras sustancias dentro o fuera de la célula.

Actividad eléctrica

El flujo de sodio y potasio dentro y fuera de las células crea un gradiente eléctrico. Esta actividad eléctrica es importante para realizar el trabajo y la comunicación, especialmente para el tejido nervioso y muscular. Por ejemplo, los nervios usan el flujo de electrolitos para enviar señales, el latido del corazón está coordinado por el flujo de electrolitos y los músculos lo usan para indicar la contracción.