Cómo enseñar higiene personal a adultos

La higiene personal es algo que nos mantiene limpios, saludables y promueve una autoimagen positiva. La mayoría de los padres enseñan a sus hijos técnicas de higiene personal cuando son pequeños para poder cuidarse a sí mismos a medida que envejecen. Hay algunos casos en que los adultos no practican una buena higiene o no pueden cuidarse a sí mismos. En estos casos, otro adulto o profesional debe intervenir y ayudar.

Evalúe la situación. Si sospechas que alguien no se está cuidando, trata de entender la razón. Si sospecha que hay abuso de sustancias o una forma de enfermedad mental, tendrá que abordarlo de manera diferente que si simplemente se dejaran ir o no sintiera que estaban sucios o tenían olor corporal. En algunos casos, las personas se ven afectadas por la pobreza, dejándolas sin agua ni dinero para lavar su ropa. Algunos adultos pueden ser ancianos e incapaces de cuidarse a sí mismos, por lo tanto, una agencia sobre el envejecimiento puede proporcionarles atención de higiene regular. Una persona que físicamente no pueda proporcionar su propia higiene personal también necesitará asistencia de atención directa.

Hable con ellos sobre su problema de higiene. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades establecen que los niveles de limpieza personal en la sociedad a menudo se asocian con la salud. Explique al adulto que para estar saludable, estar fresco y limpio es una parte importante de su salud y bienestar en general. Espere que sean conscientes de su higiene y posiblemente también que estén a la defensiva. Algunas personas que tienen problemas de higiene pueden no sentir que tienen olor corporal o cabello grasiento, por ejemplo.

Solicite que visite a su médico de atención primaria. Esto asegura que goza de buena salud, aparte de su higiene. Existen algunas afecciones médicas que pueden llevar a una mala higiene, como el síndrome del intestino irritable, la infección por levaduras, las glándulas sudoríparas excesivas y la incontinencia urinaria. Estos problemas deberán tratarse antes de que las prácticas de higiene puedan ser efectivas. Su médico también puede verificar si tiene un trastorno mental que esté afectando su capacidad para cuidarse adecuadamente.

Explíquele a ella las herramientas necesarias para la atención necesaria. Esto incluye las herramientas básicas como un peine, loción, maquinilla de afeitar, cortauñas, lima de uñas, cepillo de dientes, pasta de dientes, toallas sanitarias y desodorante. Reitere que la ducha o el baño se recomienda diariamente. Lave todas las partes del cuerpo, especialmente las áreas donde las glándulas sudoríparas son las más productivas, como las axilas, la ingle, el cuero cabelludo y las áreas genitales. Dígales que usen champú, jabón y un paño limpio cada vez que los usen. Enfatice a la persona que siempre debe usar ropa limpia y lavarse las manos con frecuencia durante el día. Recuérdele que cuidarse a sí misma previene muchas afecciones relacionadas con la higiene, como las lombrices y el mal aliento.

Pídale ayuda. Si se enfrenta a un problema de abuso de sustancias que le impide cuidarse a sí mismo, es posible que necesite servicios de rehabilitación, explica el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas. Si se enfoca en el abuso de drogas o alcohol, puede que no se tome el tiempo para ducharse o arreglarse regularmente. Obtener ayuda para su adicción a través de la atención hospitalaria o la vida sobria de pacientes ambulatorios le dará una idea clara y le facilitará enfocarse en cuidarse a sí mismo.