Falta de energía en los adolescentes

Los años de la adolescencia son una época de rápido desarrollo físico y emocional. La pubertad, las fluctuaciones hormonales y el rápido crecimiento de los huesos y los músculos pueden afectar los niveles de energía, causando que muchos adolescentes se sientan fatigados de vez en cuando. Cuando no se cumplen los requisitos de sueño, la falta de energía puede progresar a un agotamiento total. Comprender la naturaleza de la fatiga permite que los adolescentes y sus padres encuentren soluciones saludables.

Causas

La fatiga en los adolescentes es un fenómeno complejo pero relativamente común. Las condiciones no orgánicas como la falta de sueño, las alergias, el estrés y la depresión se encuentran entre las causas más comunes de falta de energía en los adolescentes. Los factores de estilo de vida también juegan un papel. TeenGrowth.com afirma que solo el 20 por ciento de los adolescentes cumple con la recomendación de 9 horas para dormir durante la semana, y el 45 por ciento duerme menos de 8 horas cada noche. La mala alimentación también puede ser perjudicial; los adolescentes que consumen demasiada azúcar o cafeína o que no reciben suficientes nutrientes pueden tener poca energía.

Signos y síntomas

La falta de energía en los adolescentes puede no ser siempre obvia para los espectadores. Algunos adolescentes se quejan de fatiga, mientras que otros tienen menos probabilidades de expresar sus preocupaciones. Los signos externos incluyen bostezos frecuentes, quedarse dormido durante la clase y otras actividades diurnas, y movimientos lentos o lentos. Los signos relacionados con el estado de ánimo, como la irritabilidad y la baja tolerancia al estrés, también pueden indicar cansancio crónico en algunos casos. Los adolescentes que están fatigados a menudo tienen dificultades para concentrarse y mantenerse alerta durante la escuela y otras actividades. Otros síntomas incluyen una sensación de pesadez en el cuerpo, problemas cognitivos y bajo estado de ánimo.

Efectos

Con el tiempo, la falta de energía puede afectar el rendimiento y la calidad de vida. Según TeenGrowth.com, más de un cuarto de los estudiantes de secundaria se duermen durante la escuela; El 22 por ciento duerme mientras hace la tarea y el 14 por ciento pierde la clase o llega tarde debido a que se duerme al menos una vez por semana. Además, el 73 por ciento de los adolescentes con problemas relacionados con el estado de ánimo, como la ansiedad o la infelicidad, también sufren de insomnio o somnolencia diurna.

Si bien la falta de energía puede ser perjudicial para el rendimiento académico, también puede amenazar la seguridad de los adolescentes. algunas instancias Los adolescentes privados de sueño que conducen corren el riesgo de quedarse dormidos detrás del volante, lo que aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un accidente automovilístico. Dormir en el trabajo también puede ser peligroso cuando las tareas involucran tareas potencialmente peligrosas como operar equipo pesado.

Prevención /Solución

La única forma de tratar la falta de energía en los adolescentes es descubrir la causa subyacente de la condición . Una evaluación médica puede ayudar a identificar los factores que contribuyen a la fatiga. En la mayoría de los casos, dormir 8 o 9 horas por noche es suficiente para prevenir el cansancio excesivo en niños y adolescentes. Una dieta saludable y el ejercicio regular son vitales para prevenir la obesidad, lo que también puede agravar la fatiga. Si su adolescente come mal, mantenga la comida chatarra fuera de la casa y anime a comer bocadillos con alimentos ricos en nutrientes, como verduras frescas y granos enteros.

Consideraciones

Adolescentes que experimentan fatiga severa que no se alivia con El sueño adecuado debe buscar una evaluación médica con prontitud. Un historial médico completo en combinación con exámenes físicos como análisis de orina o análisis de sangre puede ayudar a descartar el abuso de sustancias y trastornos físicos como la anemia que causan cansancio. En algunos casos, la falta de energía en los adolescentes puede deberse a condiciones físicas o mentales como la depresión o la disfunción renal.