Celos excesivos y posesividad

Los celos y la posesividad a menudo se consideran lo mismo. Sin embargo, hay una ligera diferencia: los celos son un sentimiento y la posesividad es un comportamiento. Puede sentirse celoso de la amiga de su novio, pero él nunca lo sabrá a menos que se lo diga. Es cuando te vuelves posesivo que las cosas pueden volverse peligrosas. Los celos excesivos o la posesividad no son normales. Si usted o su pareja muestran estos comportamientos, busque ayuda profesional.

Restricción o control del comportamiento

A pesar de que la sociedad tiene reglas implícitas para las relaciones, las personas nunca deben sentirse controladas. Una cosa es preocuparse o sospechar que tu pareja te está engañando y otra cosa es prohibirle ver a ciertas personas. La restricción del comportamiento de otras personas no es el signo de una persona sana. Solo las personas con baja autoestima tratan de controlar el comportamiento de otras personas. Trate de encontrar una manera de trabajar para construir un autoconcepto positivo para que no tenga necesidad de controlar a los demás.

Abuso verbal

Las personas que se sienten inseguras o celosas a veces recurren a ataques verbales. No está bien usar un lenguaje degradante o degradante para otra persona. Las personas hacen esto porque piensan que algo así como insultos mantendrán su poder, se salvarán o ganarán una discusión. Esto es simplemente un intento de controlar la situación o la otra persona infligiendo dolor psicológico o emocional. Esto es inaceptable.

Culpas

Las personas que culpan a otros generalmente tienen poca inteligencia social y emocional. Grewal & Salovey (2005) sugiere que asumir la responsabilidad personal por sus acciones es uno de los signos de la inteligencia emocional. Cuando alguien es celoso o posesivo, no se responsabiliza personalmente de su comportamiento. Siempre se ven a sí mismos como una víctima y, por lo tanto, impotentes para cambiar una situación. Es por eso que atacan con palabras y acciones negativas.

Amenazas

Una amenaza es expresar una intención de infligir un castigo o consecuencias negativas en otra persona si no obtiene lo que desea. Las amenazas pueden ser similares a los ultimátums. Si otra persona dice algo como: "Si sales con Sally, ¡voy a terminar contigo!" están intentando controlar la situación usando el miedo. El miedo nunca se usa en una relación sana. El miedo engendra más negatividad, y alimenta aún más los celos y la posesividad.