Cómo disciplinar a su hijo sin gritar o azotar

Mientras que algunos padres desesperados recurren a gritar o azotar para controlar el comportamiento ingobernable de sus hijos, Barbara Unell y Jerry Wyckoff, Ph.D., autores de "Disciplina sin gritos ni azotes", dicen que estas formas de disciplina pueden reforzar el tipo de comportamiento que los padres buscan corregir. Gritar o golpear, refleja una falta de control y enseña a los niños que la agresión es un medio apropiado para expresar frustración. Los padres deben recordar que la disciplina no es meramente castigar sino enseñar a los niños el comportamiento apropiado. La disciplina efectiva comienza con actuar de una manera consistente con los valores que desea impartir.

Establezca reglas claras. Déle a su hijo una oportunidad justa de seguir sus reglas al establecer las reglas claramente y asegurarse de que su hijo las entienda. Asegúrese de explicarle a su hijo por qué estas reglas son importantes. Puede descubrir que tiene menos necesidad de disciplina cuando su hijo entiende por qué ciertos comportamientos son apropiados o inapropiados.

Informe al niño sobre las consecuencias de la mala conducta. Su hijo también debe entender qué sucede si rompe sus reglas. De esta manera, aprenderá que sus elecciones y acciones traen consecuencias. La Academia Americana de Psiquiatría de Niños y Adolescentes (AACAP) señala que las consecuencias deben ser razonables y estar relacionadas con la regla que se rompe. Por ejemplo, si la regla es que "no hay televisión antes de terminar su tarea", la consecuencia de una infracción podría ser una suspensión de los privilegios de televisión por 1 día. Debe indicar con calma y claridad las consecuencias del mal comportamiento antes de que se produzca una infracción. El AACAP sugiere que cuando los niños tienen la edad suficiente, usted puede decidir sobre las consecuencias de una conducta inapropiada, o recompensas por una buena conducta, juntos.

Haga cumplir las consecuencias de inmediato. Cuando un niño no sigue las reglas, debe imponer las consecuencias de inmediato. Si hay demasiado tiempo de retraso entre el acto y la consecuencia, los niños no podrán asociar la consecuencia con la mala conducta. Además, si espera para ejecutar las consecuencias, es más probable que pierda los estribos y se sienta tentado a gritar y azotar si la infracción ocurre una segunda vez.

Sea consistente. Una vez que establezca estas reglas y consecuencias, sea consistente en hacerlas cumplir. No se deje llevar por el llanto o suplicando por parte del niño cuando ocurre una infracción. El comportamiento inconsistente de su parte simplemente confundirá al niño o ella no tomará las reglas en serio. Cuando no tenga dudas de que usted hará cumplir las consecuencias, será más probable que siga las reglas.

Elogie el buen comportamiento. Los niños deben ser elogiados, agradecidos o alentados por el buen comportamiento. Unell y Wyckoff dicen que debe elogiar el comportamiento del niño más que el propio niño. Por ejemplo, podría decir: "Es realmente maravilloso que haya terminado su tarea antes de encender la televisión. Buen trabajo". Este tipo de estímulo es una forma positiva de reafirmar la regla y recordar a los niños sus expectativas para ellos.

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