Los efectos físicos de la enfermedad de Alzheimer

La pérdida de memoria se asocia comúnmente con la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, una variedad de cambios físicos ocurren en el cuerpo durante el proceso de la enfermedad. Los efectos físicos comienzan a manifestarse durante las etapas medias de la enfermedad, a menudo dentro de los dos años posteriores al diagnóstico, y se vuelven más prominentes durante las etapas finales de la enfermedad. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad incurable y progresiva. Es importante recordar que cada paciente de Alzheimer es diferente, y no dos mostrarán los cambios físicos de la misma manera. A medida que aumentan los cambios físicos, la atención se vuelve más desafiante físicamente y requiere más tiempo.

Movilidad y movimiento

La inmovilidad y la incapacidad de mantenerse coordinados son los síntomas físicos iniciales de la enfermedad de Alzheimer. Los músculos se vuelven rígidos y los temblores son notables. El uso de dispositivos de movilidad, como bastones o andadores, puede ser necesario para evitar caídas. El paciente de un Alzheimer necesita recordatorios frecuentes para usar dispositivos de movilidad. Durante las últimas etapas de la enfermedad de Alzheimer, la movilidad está severamente restringida. Una persona a menudo requiere una silla de ruedas para la movilidad y, finalmente, queda totalmente en cama. Los músculos se contraen. Una persona perderá la capacidad de sonreír y se volverá completamente confiable en el personal de atención para el reposicionamiento y evitar las llagas.

Incontinencia

La incontinencia es la incapacidad de controlar las funciones de la orina y el intestino. Los primeros episodios de incontinencia a menudo no se deben a cambios físicos, sino porque el paciente de Alzheimer no puede encontrar un baño, quitarse la ropa de forma adecuada o buscar ayuda. Un programa para ir al baño, que lleva al paciente al baño cada una o dos horas, puede ayudar a detener algunos problemas de incontinencia. Aún así, la pérdida total del control de la vejiga y los intestinos es inevitable en las etapas media y final de la enfermedad.

Apraxia

La apraxia se define como el impedimento para realizar habilidades motoras preprogramadas. La pérdida inicial de habilidades incluye la incapacidad para realizar las habilidades básicas diarias. Una persona con Alzheimer no puede bañarse, lavarse los dientes o alimentarse. Muy relacionados con los cambios corporales están las habilidades físicas instintivas que se pierden en las etapas finales o finales de la enfermedad. Estas habilidades instintivas incluyen funciones básicas de masticar, tragar y hablar. El cerebro es incapaz de coordinar las funciones básicas de tragar y respirar. Aspirar líquidos o alimentos a los pulmones es un peligro: muchas víctimas de la enfermedad de Alzheimer desarrollan neumonía por aspiración durante la etapa tardía de la enfermedad.