Opciones de nutrición, acondicionamiento físico y estilo de vida para la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson implica síntomas de movimiento lento, rigidez, temblores y falta de equilibrio debido a la pérdida de ciertas células cerebrales. La razón por la que esto sucede en la mayoría de las personas es desconocida. Sin embargo, se han identificado varios factores de riesgo que pueden combinarse para aumentar o disminuir las posibilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Algunos de estos, como el envejecimiento y las exposiciones ambientales y tóxicas, no se pueden controlar. Otros, como la dieta, el consumo de cafeína, fumar y el ejercicio pueden modificarse.

Consumo de cafeína

Las personas con enfermedad de Parkinson pierden células cerebrales que producen la dopamina, que el cerebro utiliza para enviar señales sobre el movimiento. Los científicos han tratado de identificar los factores del estilo de vida que podrían retardar este proceso. Según la edición de marzo de 2014 de Frontiers in Aging Neuroscience, varios estudios han demostrado los efectos beneficiosos de la cafeína en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y en su progresión. En algunos casos, los hombres tuvieron una respuesta más positiva que las mujeres, que puede estar relacionada con la hormona estrógeno. La cafeína aún se está estudiando, por lo que no está claro cuánto o qué tipo de cafeína proporciona el mayor beneficio.

Dieta

Según la edición de marzo de 2014 de Frontiers in Aging Neuroscience, comer de forma equilibrada Una dieta con muchas frutas y verduras puede disminuir el riesgo de enfermedad de Parkinson. Sin embargo, los componentes ideales de esta dieta aún no se han establecido. La asociación entre el consumo de productos lácteos y el riesgo de enfermedad de Parkinson no está clara. Sin embargo, es vital mantener una ingesta adecuada de calcio para prevenir la osteoporosis o el adelgazamiento de los huesos. Los tés negro y verde, en particular los componentes del té verde llamados polifenoles, se están estudiando actualmente para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. También se han estudiado varias vitaminas y suplementos para ver si pueden retardar la progresión de la enfermedad, incluida la vitamina E, la coenzima Q10 y la creatina. Hasta ahora, ninguno de estos ha demostrado ser efectivo.

Consumo de tabaco y alcohol

Fumar se asocia con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson. Sin embargo, esto no supera los muchos otros riesgos graves para la salud que presenta el fumar. La nicotina química, que se encuentra en el humo del cigarrillo, se está investigando como un tratamiento para la enfermedad de Parkinson, junto con medicamentos que imitan sus efectos en el cerebro. El consumo de alcohol juega un papel poco claro en el riesgo de la enfermedad de Parkinson, con resultados contradictorios de diferentes estudios.

Actividad física

Según la edición de julio de 2015 del Journal of Clinical Neurology, las personas físicamente activas pueden ser menos Es probable que desarrolle la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, esto podría deberse en parte a que las personas con enfermedad de Parkinson muy temprana ya son menos activas. Una vez que las personas han desarrollado la enfermedad, la actividad física puede ayudar con los síntomas. La fisioterapia, que incluye ejercicios como caminar en una cinta rodante, parece mejorar el equilibrio, la marcha y la condición cardiovascular en personas con enfermedad de Parkinson.

Exposición a sustancias tóxicas y ambientales

Se ha encontrado un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson en asociación con la exposición a ciertas toxinas ambientales, que generalmente no están bajo el control de una persona. Los ejemplos incluyen pesticidas como paraquat, dieldrin y 2,4-D, un componente del Agente Naranja, así como permetrina y rotenona. La participación en la agricultura, vivir en un área rural y beber agua de pozo también pone a una persona en mayor riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson, tal vez debido a la exposición a pesticidas. La exposición crónica al plomo también se ha asociado con la enfermedad de Parkinson. Finalmente, la toxina MPTP, un subproducto de la producción casera de heroína, produce un síndrome similar al de la enfermedad de Parkinson.