Ejercicios de resistencia para niños

Muchos hábitos saludables se desarrollan temprano en la vida, y la actividad física y la resistencia no son una excepción. La resistencia se desarrolla a medida que los niños hacen ejercicio y aumentan la cantidad de actividad que sus cuerpos pueden producir, dando como resultado músculos más fuertes, menos grasa corporal y una menor posibilidad de desarrollar diabetes o presión arterial alta. Según Kids Health, los niños deben hacer al menos 60 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana, si no todos. Esta actividad física debe ser una combinación de actividades planificadas y no planificadas. Afortunadamente, los juegos y las actividades regulares en el patio de recreo son una fuente de ejercicio para muchos niños.

Ejercicios aeróbicos

Los ejercicios aeróbicos regulares aumentan la frecuencia cardíaca y la resistencia, además de fortalecer los pulmones. De acuerdo con un estudio de 1995 referenciado en Pediatrics Journal, el ejercicio regular una vez por semana durante 12 semanas aumentó el consumo máximo de oxígeno en niños en edad escolar. Los niños a menudo hacen ejercicio aeróbico cuando juegan juegos como la etiqueta o la cuerda para saltar. Otros ejemplos de aeróbicos incluyen baloncesto, andar en bicicleta, trotar, patinar sobre ruedas, patinar sobre hielo, bailar y jugar fútbol. Caminar o andar en bicicleta hacia y desde la escuela también es una buena manera de hacer ejercicio aeróbico y aumentar la resistencia.

Ejercicios de fuerza

Los niños pueden desarrollar mayor resistencia al participar en ejercicios de fuerza. Aunque muchos ejercicios de fuerza para adultos incluyen levantamiento de pesas y abdominales, los niños pueden experimentar los resultados de los juegos diarios en el hogar o en el patio de la escuela. Al cruzar las barras de los monos, escalar estructuras de juegos o árboles y luchar juguetonamente con amigos o hermanos, se trabajan los músculos de los brazos, las piernas y el abdomen. Ejercicio. Las clases de natación o simplemente los juegos en una piscina ofrecen una actividad aeróbica y de fortalecimiento que requiere menos esfuerzo que las actividades en tierra firme. Esto se debe a la flotabilidad en el agua que soporta los movimientos del cuerpo, lo que hace que la natación sea un ejercicio especialmente bueno para niños con afecciones que dificultan otros ejercicios como la artritis juvenil, la obesidad o el asma.