Los efectos del hambre en los niños

A la mayoría de las personas no les gusta sentir hambre y los niños no son una excepción. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos define el hambre como un estado fisiológico de malestar que resulta de una escasez crónica de la ingesta de alimentos. El hambre se ha relacionado con enfermedades, dolor, debilidad física, ansiedad y muerte. Con más del 40 por ciento de los hogares que viven por debajo del nivel de pobreza en los Estados Unidos, muchos niños se ven afectados por el hambre. Aproximadamente 13 millones de niños estadounidenses viven o corren el riesgo de sufrir hambre. Debido a que la infancia representa un período tan crítico en el desarrollo humano, el impacto a largo plazo del hambre en los niños puede ser extremadamente perjudicial.

El hambre golpea físicamente

La buena nutrición tiene un vínculo directo con el crecimiento y desarrollo físico adecuados para los niños Los niños que experimentan hambre crónica e insatisfecha corren el riesgo de no obtener la ingesta adecuada de vitaminas y minerales necesarios para garantizar el logro de los hitos del desarrollo. Un niño podría ser más bajo que la altura promedio y podría tener un peso significativamente inferior al normal. Algunos niños sucumben a las enfermedades comunes de la niñez porque el hambre reduce la inmunidad necesaria para prevenir enfermedades. Los niños que padecen hambre a menudo tienen una salud física general más deficiente.

Efectos cognitivos del hambre

El desarrollo cognitivo de su hijo podría sufrir de hambre. Los niños que experimentan hambre crónica podrían desarrollar discapacidades de aprendizaje u otras discapacidades cognitivas. Muchos niños tendrán problemas para concentrarse en un entorno académico debido a la falta de energía y motivación. Un niño hambriento a menudo tiene problemas de salud en curso, por lo que puede tener frecuentes ausencias escolares que también dificultan su aprendizaje. Su niño hambriento podría quedarse atrás en los niveles de grado.

Sentirse hambriento Impactando la sociabilidad

Un niño que experimenta hambre puede sentirse avergonzado y avergonzado. Estos sentimientos de vergüenza podrían afectar la interacción de su hijo con sus compañeros o su hijo podría participar en interacciones negativas, como pelear o robar. El joven podría estar aislado socialmente debido a problemas académicos, por lo que puede ser mayor que sus compañeros de clase. Un niño que siente hambre crónica puede mostrar signos inusuales de estrés y ansiedad.