Recuperación de la incontinencia de esfuerzo

La incontinencia de esfuerzo se define como la pérdida involuntaria de orina provocada por una actividad que pone presión sobre la vejiga, como levantar algo, estornudar o toser. Esta condición se produce cuando hay un problema con los músculos que controlan la vejiga. Factores tales como el parto o la cirugía del cáncer de próstata pueden causar estos músculos pierden tono. Otros factores que pueden conducir a la incontinencia de esfuerzo son las infecciones del tracto urinario, la diabetes, la obesidad y el consumo excesivo de cafeína o alcohol. El tratamiento de la incontinencia

personas con incontinencia urinaria de esfuerzo puede sentirse avergonzado y dejar de participar en eventos o actividades sociales como el ejercicio por miedo. Su médico tendrá que identificar la causa subyacente antes de ayudar a que se recupere de la incontinencia de esfuerzo. En algunos casos, si la causa es tratada, la incontinencia de esfuerzo se resuelve. Si esto se convierte en una enfermedad crónica, los tratamientos y las terapias pueden reducir el número de episodios de incontinencia o acabar con ellos.
Behaviorial Terapias

El médico puede recomendar limitar la cantidad de líquido que bebe todos los días o el tiempo que toma para que usted sólo cuando usted no está pensando en participar en la actividad física. Puesto que el alcohol y la cafeína son diuréticos, puede que tenga que eliminar por completo. Su médico también puede recomendar ir al baño con más frecuencia. Anulación de la vejiga con frecuencia reduce la tensión puesta en los músculos. Una serie de ejercicios de suelo pélvico, llamados ejercicios de Kegel pueden fortalecer los músculos alrededor de la vejiga. Usted puede aprender estos de su médico o terapeuta físico y practicar ellos sobre una base regular.
Dispositivos de Cirugía y

Un pesario vaginal es un anillo en forma de dispositivo que se coloca dentro de la vagina para sostener la vejiga. Sobre una base más temporal, también se puede utilizar un plug uretra, que actúa de la misma manera que un tampón. Si nada funciona, cirugías para cerrar el esfínter urinario o apoyar el cuello de la vejiga son una posibilidad. Lo menos invasiva implica la inyección de colágeno, gel o azúcar sintética en la uretra superior, añadiendo más presión que puede ayudar con la apertura y cierre del esfínter. En los casos más graves, se crean esfínteres artificiales o un cabestrillo artificial para sostener la vejiga.