Peligros de una dieta baja en carbohidratos

Las dietas bajas en hidratos de carbono están diseñados para ayudar a las personas a perder peso mediante la limitación o restricción de la cantidad de carbohidratos en sus dietas y el aumento de la cantidad de grasas y proteínas. Las dietas bajas en carbohidratos se popularizó en la década de 1990, y se han convertido en uno de los más populares tipos de dietas alrededor. Antes de comenzar cualquier dieta, es importante conocer los posibles peligros y efectos secundarios que ofrece la dieta. Las dificultades cognitivas

Los carbohidratos son la principal fuente de combustible para el cerebro humano, y que restringen carbohidratos priva al cerebro de la energía. Cuando el cerebro carece de energía, causa problemas de memoria, disminuye el rendimiento intelectual y reduce el procesamiento cognitivo.
Temper

El Instituto de Tecnología de Massachusetts realizó un estudio que muestra el cerebro sólo produce serotonina después de que una persona consume carbohidratos. La serotonina controla y regula las emociones y estados de ánimo de una persona. Cuando hay una falta de serotonina puede conducir a la depresión y cambios de humor.
Fatiga

Según la Clínica Mayo, cuando se tienen los carbohidratos de una dieta, el cuerpo comienza a quemar glucógeno, que contiene una gran cantidad de agua. Cuando se quema el glucógeno, libera agua y aumenta el volumen de orina, lo que provoca la pérdida de peso. Cuando se empieza a agotar el glucógeno, se crea la fatiga en el cuerpo.
Dieta desequilibrada

Al limitar su dieta de hidratos de carbono, tales como frutas y verduras, puede conducir a una deficiencia de fibra en el cuerpo. Cuando una dieta carece de fibra y nutrientes importantes, puede aumentar el riesgo de cáncer en el tracto digestivo.
Grasas

dietas bajas en carbohidratos son ricos en proteínas y, como el resultado tiene una cantidad excesiva de grasa saturada en ellos. Un alto nivel de consumo de grasas saturadas durante un largo período de tiempo dará lugar a accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, el cáncer, la artritis y los cálculos renales.