Las consecuencias de un niño no Eating

Raising un niño presenta muchos desafíos. Los niños a esa edad son particularmente vulnerables a una serie de problemas de salud, y aún tienen que desarrollar los mecanismos de autocontrol que hacen que la disciplina y la obediencia más fácil. Algunos niños pequeños pueden negarse a comer o tomar una falta de apetito. Esto puede resultar en una serie de consecuencias. Pérdida de Peso

rechazo crónico de comer puede, con el tiempo, dar lugar a la pérdida de peso. Este es un motivo de preocupación, ya que se espera que los niños pequeños para mantener un cierto peso a medida que crecen. Más específicamente, se espera que los niños pequeños para aumentar de peso a medida que envejecen, ya que la fase de niño es un período de rápido desarrollo que requiere el sustento nutricional de ocurrir.
Desnutrición

La desnutrición es una consecuencia extrema de no comer. La mayoría de los niños que tienen problemas de alimentación no sufren malnutrición, sin embargo, sigue siendo una posibilidad. Trágicamente, en algunas partes del mundo donde la escasez crónica de alimentos son una forma de vida, los niños con más frecuencia sufren de desnutrición. La desnutrición puede causar una serie de efectos negativos para la salud (y grave) y, en casos raros, puede requerir hospitalización.
Letargo

Todos los seres humanos, incluyendo niños pequeños , obtener energía de los alimentos. A falta de ingesta nutricional puede inducir sentimientos de letargo en los niños pequeños. Esto puede manifestarse en cansancio excesivo, irritabilidad, falta de atención, falta de interés en las actividades normales, y la falta de energía física. Comer un exceso de alimentos azucarados, con exclusión de los alimentos saludables como verduras frescas, frutas y granos integrales, también puede inducir el letargo.
Neutral Impacto

Es importante recordar que los niños, por naturaleza, son comedores quisquillosos. Su apetito puede variar mucho de un día para otro, y sus preferencias alimentarias, así puede oscilar impredecible. Aunque la mayoría de los niños necesitan entre 1.000 y 1.300 calorías por día, comer menos de lo que no es necesariamente un motivo de preocupación, sobre todo si sólo se produce en el corto plazo.