Reestructuración cognitiva para el trastorno de ansiedad

La reestructuración cognitiva es una técnica utilizada en la terapia cognitivo-conductual (TCC), una terapia que se centra en el papel de los pensamientos y comportamientos en los trastornos mentales. Reestructuración cognitiva puede ayudar a reducir los síntomas en personas con trastornos de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastorno de ansiedad generalizada (TAG), la fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Justificación

La idea detrás de la reestructuración cognitiva es que los sentimientos de ansiedad pueden minimizarse o eliminarse modificando el proceso de pensamiento de la persona en la reacción a los estímulos que provocan ansiedad. Técnicas de reestructuración enseñan a la persona ansiosa que pensar en el miedo en particular o situación que provoca ansiedad y, en última instancia, con la ayuda de un terapeuta, cambie este miedo o creencia en un pensamiento más manejable. Esto, a su vez, ayudará a reducir o eliminar la ansiedad que se desencadenó con anterioridad por esa situación.
Objetivos

Hay tres pasos en la reestructuración cognitiva proceso. El primero es identificar la causa específica de la ansiedad. La reestructuración es poco probable que funcione a menos que el temor correcta o patrón de pensamiento es el foco de la terapia. El segundo paso es desafiar el potencial productor de ansiedad de este pensamiento. En este paso, el terapeuta ayuda al paciente a disipar los pensamientos irracionales que provocan la ansiedad. Es en esta etapa que las creencias irracionales pierden gran parte de su poder sobre el paciente. El paso final es convertir el pensamiento que provoca ansiedad en algo que, en vez, induce a la relajación. El objetivo final de la terapia es dar al paciente las herramientas que necesita para mantener la calma en situaciones difíciles.
Fortalezas

Hay un buen número de ventajas de reestructuración cognitiva para el tratamiento de trastornos de ansiedad. En primer lugar, esta técnica enseña a los clientes que tienen el poder de cambiar la forma de pensar y percibir situaciones indeseables. Esto permite a los clientes, enseñándoles que pueden cambiar experiencias, cambiando los patrones de pensamiento, aunque el entorno sigue siendo el mismo. Otra ventaja de este método es su brevedad. En promedio, este tipo de terapia sólo dura durante aproximadamente 16 sesiones. Tal vez el mayor beneficio, sin embargo, es su potencial para el uso de toda la vida. Una vez que estas técnicas de reestructuración se aprenden, se pueden utilizar en prácticamente cualquier situación.
Limitaciones

Hay dos limitaciones principales de esta técnica terapéutica. Una de ellas es que es difícil de aprender estas técnicas en cualquier otro entorno. Esto puede crear un problema para aquellos que prefieren no ver a un terapeuta. La otra limitación es que, debido a la terapia a menudo se limita a una o dos horas por semana, los terapeutas a menudo asignan "tareas" que se completará antes de la próxima sesión. Para aquellos con una agenda muy ocupada, esto es algo a tener en cuenta la hora de sopesar las opciones de tratamiento.
Tasas de éxito

El uso de la terapia cognitivo-conductual ha, en general, ha sido considerado como eficaz en el tratamiento de los trastornos de ansiedad (ver Recursos). Al igual que cualquier otra forma de psicoterapia, el éxito del tratamiento depende en gran medida de la cantidad de esfuerzo dirigido a mejorar. Técnicas de terapia cognitiva son más efectivas para los que asisten a la terapia regular y completar todas las tareas asignadas entre sesiones.