Cómo forzar a un niño a tomar la medicina
Paciencia
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Cuando su hijo es un bebé y él no quiere tomar medicamentos recetados por el médico, se puede soplar en la cara y se abrirá la boca para respirar. Coloque el gotero en la comisura de la boca y soplar en la cara otra vez, forzando la reacción tragar.
2
Cuando su hijo es un niño y ella se niega a tomar la medicina, es un poco más difícil de forzarla a ella. Sin embargo, se puede hacer de la misma manera como cuando era un bebé. Primero tienes que cogerla. Llévala en el suelo, colocado sobre su espalda con los brazos a los costados para que pueda horcajadas sobre su cuerpo. Mantenga los brazos a los lados con las piernas, a continuación, apoderarse de sus mejillas y apretar para abrir la boca. Coloque el gotero en la comisura de la boca y soplar en la cara, obligando de nuevo a la reacción de la deglución. Esto puede sonar cruel, pero es mejor que tener su estar enfermo durante semanas.
3
Cuando los niños están en edad de primaria aún puede utilizar la amenaza de la eliminación de algo que les gusta, como televisión o los videojuegos, para conseguir que se tomen su medicamento. Este es el poder que tenemos como padres y, a veces hay que utilizarlo en beneficio de su hijo. Antes de tomar esta medida, es aconsejable tratar de explicar la necesidad de la medicación primero.
4
Si usted sabe que su hijo va a dar a tu medida acerca de tomar su medicina, que el médico hable con él acerca de las razones por las que debe tomarlo y las posibles consecuencias si no lo hace. Esto debería ayudar, sobre todo viniendo de alguien que no sea mamá o papá.
5
Cuando su hijo es más viejo y él le dice que no cree en la toma de la medicación a menos que sea de vida o muerte, considere la posibilidad que se inclina hacia la medicina alternativa o la curación natural. Estos son temas que usted puede hablar y aprender conjuntamente. La mejor manera de tener una confrontación o discusión es tener conocimiento de lo que está discutiendo. No se sorprenda si al final usted está de acuerdo con su hijo.
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Aceptar que a veces no es una discusión sobre la pena luchar. Cada persona tiene diferentes inmunidades y tolerancias para el dolor. El suyo no es el mismo que el de tu hija, y viceversa. Los niños llegan a cierta edad o la madurez en el que saben que sus cuerpos mejor que los padres hacen, y esto es un hecho que todo padre debe tener en cuenta.