Cura Diarrea en niños
diarrea en niños es peligrosa debido a la posibilidad de deshidratación. Los síntomas son la falta de orina, sed excesiva, irritabilidad, pérdida de apetito, pérdida de peso, sequedad de boca, y no tiene lágrimas cuando el bebé está llorando. La deshidratación es la consecuencia de la pérdida de agua, cuando el consumo de líquidos no seguir el ritmo de la pérdida. Para ayudar a remediar esto en los niños lo mejor es dar una solución de rehidratación oral (SRO), que está disponible en la mayoría de tiendas de abarrotes y farmacias. Esto está diseñado para los bebés y contiene un balance de agua, electrolitos y azúcar. Evite dar al bebé sólo con agua, ya que no contiene las sales y los nutrientes necesarios para combatir la deshidratación.
Foods
Si el bebé está siendo amamantado y luego continuar a la lactancia alimentar al bebé. Es la mejor manera de obtener líquidos en el bebé. Si el bebé está siendo alimentado con biberón y luego considerar el cambio a una fórmula sin lactosa. La lactosa en los productos lácteos podría empeorar la diarrea. Si el bebé está comiendo alimentos sólidos, tenga en cuenta los alimentos que ayudan a detener la diarrea, como cereal de arroz, plátanos, pan tostado, puré de manzana y yogur. Hay ciertos alimentos que debe evitar cuando un bebé tiene diarrea. Estas incluyen la mayoría de los productos lácteos, zumos de frutas, melocotones, albaricoques, peras, guisantes, ciruelas y ciruelas pasas.
Medical Care
diarrea es un signo de que el cuerpo está tratando de librarse de una infección. No le dé un medicamento para la diarrea infantil, ya que podría interferir con los esfuerzos del niño para sanar. Los antibióticos no son necesarios. Lo mejor es dejar que la diarrea siga su curso, manteniendo al niño bien hidratado. Hay momentos en que lo mejor es ponerse en contacto con su proveedor de atención médica. Si el bebé tiene menos de 6 meses de edad, llamar automáticamente al proveedor de atención médica. Si el niño es mayor de 6 meses, si hay signos de deshidratación, fiebre de más de 101.4 grados Fahrenheit, vomitando por más de ocho horas, nada de sangre en las heces o en el vómito o la posibilidad de que el niño podría tener ingerido algo venenoso. Cualquiera de estos síntomas puede justificar un viaje a la sala de emergencias.