Historia de cáncer de ovario

El cáncer de ovario es una enfermedad grave que afecta los ovarios y pueden extenderse al resto del cuerpo si no se trata. Los tratamientos para la enfermedad son variados, y todavía se están desarrollando nuevos avances médicos relacionados con esta condición. Sin embargo, debido a que la enfermedad no tiene un proceso de selección, la mayoría de los pacientes no reciben el diagnóstico hasta que hayan llegado a las últimas etapas de la enfermedad. Primeras referencias al cáncer

cáncer probablemente ha existido por tanto tiempo como la raza humana. Las primeras referencias a la fecha de cáncer de nuevo a Egipto antiguo, escrito en algún momento entre los años 3000 aC a 1500 aC. Siete papiros se ha encontrado que describen los cánceres de mama, así como otros tumores. Los egipcios sabían que no podían curar el cáncer, por lo que abogó por la cauterización de los tumores superficiales. El antiguo conocimiento egipcio de cáncer era bastante avanzado: no hay evidencia de que podían distinguir entre tumores malignos y benignos, según la medicina mundial. Los cánceres de útero y otros cánceres reproductivos femeninos fueron tratados mediante la aplicación de cataplasmas de cebada, oreja de cerdo y otras hierbas.
Normas de tratamiento moderno de finales del siglo 20

El principal método de tratamiento de cáncer de ovario en los últimos decenios ha sido la quimioterapia. Las combinaciones de cisplatino y un agente de alquilación eran también un tratamiento popular en la década de 1980. Se encontró que este método de tratamiento a ser muy duros para muchos pacientes, y en el 1990 paclitaxel se utiliza en combinación con cisplatino o carboplatino para el tratamiento del cáncer.
John Hopkins Hospital de

El Laboratorio de Patología Ginecológica en el Hospital Johns Hopkins es una importante institución estadounidense que ha contribuido al estudio de los cánceres reproductivos femeninos. El laboratorio fue fundado por el Dr. Thomas Cullen en 1893. Cullen fue una figura importante, y fue el primero en hacer diagnósticos después de examinar el tejido bajo un microscopio. Él se dedicó a escribir varios libros de texto sobre el tema de la patología ginecológica que se consideraron las normas en los Estados Unidos.
El Puzzle de la momia

No todos los tumores ováricos son que amenaza la vida. Durante décadas, se pensaba que una momia egipcia autopsia en 1825 que murió de cáncer de ovario después de que se encontró un tumor en los ovarios. Sin embargo, cuando los científicos revisan los registros de autopsias en la primera década del siglo 21, se determinó que el tumor, que era benigno, no mató a la mujer momificada. En su lugar, se determinó que murió de tuberculosis.
El papel de la genética

Estudios recientes han confirmado que la genética juega un papel importante en la determinación de la probabilidad de que un paciente desarrollará cáncer de ovario. En 2007, un estudio japonés observó que la expresión de RCAS1, un biomarcador antígeno expresado por ciertas células, está vinculado con el cáncer de ovario, así como otras enfermedades. Los autores del estudio concluyeron que la presencia de RCAS1 puede ser capaz de predecir los resultados del tratamiento.