Curas para una rodilla artrítica

Artritis de rodilla es el nombre dado a varios trastornos dolorosos y potencialmente debilitantes de la rodilla. Se produce cuando el cartílago que recubre las pausas articulación de la rodilla hacia abajo, dejando al descubierto el hueso subyacente a la fricción anormal del contacto hueso con hueso. Aunque no se conocen todas las causas de la artritis de rodilla, muchos de los mecanismos de la enfermedad se entiende claramente, y varias opciones de tratamiento disponibles. Tres fuentes de artritis de rodilla

La forma más común de artritis de la rodilla es la osteoartritis, que se traduce en una degeneración lenta de las superficies del cartílago. Es más frecuentemente afecta a personas de mediana edad o más allá de, y afecta a una o ambas rodillas.

La artritis reumatoide (RA) se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propias articulaciones. RA lleva a la desintegración del cartílago, y puede atacar a cualquier edad. Por lo general afecta las rodillas al mismo tiempo.

Artritis de rodilla también puede desarrollarse como consecuencia de las lesiones traumáticas, incluyendo desgarros de ligamentos, desgarros meniscales y fracturas. La artritis en estos casos se limita al sitio de la lesión original.
Tratamiento a través de los cambios de estilo de vida

Normalmente, las primeras etapas de la artritis se tratan a través de un número de no intervenciones quirúrgicas. Además de descanso y la aplicación de hielo cuando los síntomas son prominentes, su médico le puede sugerir algunas modificaciones de estilo de vida. Las opciones posibles son la pérdida de peso y el cambio de los ejercicios que los jar la rodilla a formas más suaves de ejercicios como el ciclismo o la natación. La pérdida de peso puede ser especialmente eficaz, ya que el estrés individual más constante sobre las rodillas es el peso que lleve con usted cada día.

Además de modificar su rutina de ejercicio existente, es posible que también desee agregar nuevos ejercicios que aumentar la fuerza y ​​la flexibilidad de las rodillas. Pregúntele a su médico o fisioterapeuta para los ejercicios que se beneficiarán especialmente de su condición.

Usted también puede beneficiarse de la utilización de diferentes dispositivos para apoyar mejor a sus rodillas. Las opciones incluyen soportes para las rodillas, bastones y zapatos o plantillas que proporcionan amortiguación adecuada.

Opciones drogas

continuas o mayor dificultad rodilla pueden provocar la necesidad de medicamentos. Las posibles opciones incluyen anti-inflamatorios no esteroideos over-the-counter (AINE), como la aspirina, el ibuprofeno (Motrin o Advil) o naproxeno (Aleve o Naprosyn). Cuando se usa durante periodos prolongados, sin embargo, todos los AINE pueden causar efectos secundarios, como sangrado en el estómago y el daño hepático y renal.

Si su dolor empeora, su médico puede recetarle una nueva clase de AINE llamada COX-2 inhibidores. Estos compuestos son eficaces, pero pueden causar náuseas, indigestión y el dolor abdominal. Además, no se debe tomar con otros AINEs, o ser utilizados si usted tiene problemas del corazón o presión arterial alta. Consulte a su médico para obtener una explicación completa de los riesgos y beneficios de los medicamentos AINE.

Su médico también puede recetar inyecciones de corticosteroides para controlar la inflamación. Los efectos de estos compuestos pueden ser profundo en el corto plazo, pero que proporcionan rendimientos decrecientes en el tiempo.
Suplementos

glucosamina y el sulfato de condroitina son versiones suplementarias de dos componentes básicos de cartílago. Cuando se toma según las instrucciones, pueden ser útiles en las primeras etapas de la artritis, pero también pueden producir efectos secundarios, como náuseas, malestar estomacal, dolor de cabeza, reacciones en la piel y vómitos.
Cirugía

Si los métodos no quirúrgicos no tienen éxito, la cirugía puede ser apropiada. Consulte a su médico para un examen completo de las opciones quirúrgicas disponibles.