Cómo utilizar el Análisis de Comportamiento Aplicado

Análisis de Conducta Aplicada (ABA) es una intervención usada para los niños con autismo. La investigación ha demostrado que cuando se aplica de manera coherente, ABA enseña con éxito las habilidades, aumenta los comportamientos deseados y elimina conductas inadaptadas. ABA se basa en el principio de que el comportamiento se puede formar al premiar la respuesta deseada. Mientras varios métodos diferentes caen bajo el paraguas ABA, todos ellos se basan en la repetición, el refuerzo y la misma técnica básica: la nueva habilidad para ser enseñado se rompe en pequeñas partes, un paso se enseña en un momento hasta que se domina, se utilizan avisos para dirigir el comportamiento deseado y las recompensas se dan las respuestas positivas. Instrucciones
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Realizar una evaluación. Cada programa de ABA debe ser única para el individuo. Para desarrollar un plan adecuado, el individuo primero debe evaluarse a fondo y sus habilidades de análisis. Fortalezas y debilidades deben ser determinados y comportamientos específicos dirigidos.
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Realizar un análisis de tareas y definir metas. Cada habilidad tiene que ser dividido en pequeños pasos que se pueden enseñar uno a la hora de construir gradualmente la competencia en la tarea total. Desarrollar una meta para cada tarea. Los objetivos deben describir específicamente lo que se hace en cada paso, detalle cuánto tiempo o cuántas veces la tarea debe ser intentado por sesión, el estado que será responsable, definen las expectativas y lo que constituye el éxito, y establecer un plan para la recogida de datos.
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Implementar el plan. Elige un ambiente adecuado con pocas distracciones sensoriales. Trabajo de uno-a-uno, pedirá al niño a realizar la tarea deseada y espere su respuesta. Si no está conforme, preguntará de nuevo y repetir hasta que se realiza la tarea. A continuación, dar una recompensa.
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proporcionar refuerzo para la respuesta deseada. Recompensas basadas en los intereses y deseos del niño son los más eficaces. Una recompensa positiva - ya sea verbal, un gesto (de cinco o aplaudiendo), tangible (pequeño pedazo de caramelo o una pegatina) o un sistema de fichas - debe darse inmediatamente después de una respuesta precisa por parte del niño. Las recompensas también pueden ser "natural", por ejemplo, después de cinco respuestas correctas, el niño tiene un descanso de cinco minutos. O bien, si el objetivo es aprender un color, dulces de diferentes colores se pueden utilizar y el niño se pone a comer el caramelo azul una vez que han logrado identificar los colores azul cinco veces.
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Repetir y practicar cada paso, reduciendo gradualmente indicaciones, hasta que pueda ser completada con éxito sin preguntar.
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continúan enseñando las habilidades necesarias para cada paso de la meta hasta que la tarea se ha aprendido y puede ser completado por el niño.
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Mantenga un registro de todas las sesiones que indica si las tareas se llevaron a cabo con éxito y tenga en cuenta los problemas que surgen durante la sesión. Lo más importante es analizar y revisar esta información en una base regular. Este es un paso necesario, ya que tiene dos objetivos: En primer lugar, muestra gráficamente si la intervención está funcionando y permite la realización de ajustes para un mejor progreso. Y en segundo lugar, es una prueba tangible de que todo el tiempo y la energía dedicada al programa está dando sus frutos. A veces esto es sólo el impulso necesario al remediar las conductas que pueden tardar años en cambiar.