La cifoplastia Técnica
cifoplastia se realiza mediante la inserción de un tubo en dos pequeñas incisiones en la espalda del paciente. Un dispositivo llamado tamp globo se inserta a continuación en este tubo y se infla. El apisonador globo está diseñado para restaurar la forma adecuada de la vértebra cuando se infla. El cemento óseo se utiliza a continuación para llenar la cavidad creada por el apisonador globo. Una vez que el cemento se ha secado, se retira el tubo y el paciente puede regresar a casa el mismo día de la cirugía.
Marco de tiempo
cifoplastia debe realizarse antes después desarrolla un VCF. El tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir daños adicionales a la columna vertebral y ayudar a minimizar el dolor asociado con estas fracturas. Según la Sociedad Radiológica de América del Norte, la realización de este procedimiento en las primeras ocho semanas de un VCF da como resultado una alta probabilidad de éxito en la restauración de la vértebra a su tamaño adecuado.
Consideraciones
técnicas cifoplastia
pueden tener éxito en la reconstrucción de las vértebras y el alivio del dolor, pero no tratar la causa del VCF. Los pacientes tendrán que seguir un tratamiento para la osteoporosis, la artritis o el cáncer, que causó la fractura en el primer lugar. La cifoplastia puede ser necesario repetir para reparar la vértebra colapsada más y ayudar a prevenir fracturas adicionales que se produzcan.
Recuperación
Aunque la mayoría de los pacientes pueden reanudar su vida normal dentro de un día de tratamiento, algunos pacientes pueden experimentar dolor persistente del procedimiento de hasta dos semanas. Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos, más del 95 por ciento de los pacientes reportar el alivio del dolor y considerar su tratamiento exitoso. La terapia física o ejercicios de rehabilitación no son necesarios después del tratamiento cifoplastia. OsCommerce Advertencia
Hay algunas complicaciones poco frecuentes pero graves asociados a la cifoplastia. En algunos casos, el cemento óseo puede infectarse, ya sea durante la cirugía o años más tarde. También hay un riesgo de fuga de cemento óseo y viajar a los pulmones, donde puede causar problemas de salud. El cemento óseo también puede causar irritación y daños a la médula espinal en algunos individuos. Cuando esto ocurre, el paciente experimentará dolor y, en casos raros, parálisis. De acuerdo con la American Academy of Orthopaedic Surgeons, el riesgo de que esto ocurra es menor que 1 en 10.000 casos. Cirugía adicional puede ser necesaria para detener cualquier irritación o daño adicional.