Terapia craneosacral para Trastornos del Aprendizaje
Las técnicas utilizadas en la terapia craneosacral fueron desarrollados en 1930 por William Sutherland. Él creía que el cerebro producen un pulso que genera un flujo craneal del líquido cefalorraquídeo. Nuestros cuerpos dependen de este flujo para mantener el equilibrio, sobre todo en los músculos y los nervios alrededor de la cabeza, el cuello y la espalda. Un flujo alterado o desequilibrada puede ser el culpable de los problemas en estas áreas y con la salud en general.
Especialistas en terapia craneosacral es capaz de sentir los pulsos y luego corregirlos. Reequilibrar el flujo craneal alivia la tensión, el dolor nervioso y las condiciones que pueden conducir a la hiperactividad y /o trastornos como el TDAH (trastorno por déficit de atención.) Aprender el alivio de los síntomas de ansiedad de estos trastornos ayuda a los estudiantes a concentrarse ya aprender de manera más eficiente.
Ayuda ¡Así funciona
Durante una sesión de terapia craneosacral, el médico coloca sus manos a lo largo de la frente los pacientes a lo largo de los huesos frontales por encima de las órbitas de los ojos. Ella es entonces capaz de detectar el ritmo del pulso en el interior del cráneo. Usando sólo una ligera cantidad de presión, ella presiona sobre los huesos usando su propio ritmo. Promotores Craniosacral creen que sus movimientos son capaces de manipular los huesos del cráneo. Inmediatamente después de este breve procedimiento, no invasiva, el paciente debe estar libre de dolor y en un estado relajado. Los estudiantes que sufren de trastornos del aprendizaje deben ser capaces de concentrarse en una lección sin interrupción desde su ansiedad o hiperactividad.
Medical Validez
No ha habido científica acreditada Los estudios que han demostrado las afirmaciones hechas por los practicantes de la terapia craneosacral. Un estudio, realizado por Rogers, Witt, et al., En la Academia de Cadetes Unidos Clínica de Terapia Física Fuerza Aérea de los Estados, fue publicado por la revista de la Asociación de Terapia Física Americana en noviembre de 1998. Los investigadores intentaron medir los impulsos en el cerebro y los pies y tenga en cuenta si la tasa de estos pulsos cambió durante el curso de la terapia. Los resultados no encontraron ninguna relación en las pulsaciones y no prueban las afirmaciones hechas por los defensores de terapia craneosacral.