Alcohol y problemas gastrointestinales

El consumo de alcohol (etanol) pueden tener muchos efectos en el tracto gastrointestinal (GI). Con el potencial de convertirse en problemas de salud agudos y crónicos, el alcohol puede interferir con la estructura y la función de todas las partes del sistema gastrointestinal. Los hechos

El tracto gastrointestinal es el lugar exacto donde el alcohol comienza a descomposición y se absorbe en el torrente sanguíneo después de ser consumido.
Mucosa Alteraciones

La mucosa gástrica que recubre la parte superior del tracto gastrointestinal pueden ser metabólicamente y funcionalmente alterado por el contacto directo de etanol.
daño de la mucosa

Alteraciones de la mucosa pueden producir problemas graves, como lesiones en el intestino delgado o el estómago, y problemas crónicos, como sangrado gastrointestinal (debido a las lesiones) y la diarrea.
Toxinas

Cuando la mucosa se lesiona y se debilitó por el contacto a largo plazo con etanol, que permite que las moléculas más grandes, tales como las toxinas bacterianas y la endotoxina a impregnar el revestimiento, entrar en el torrente sanguíneo o linfático (parte importante del sistema inmunitario), y alcanzar el hígado y otros órganos.
digestión deteriorada

Cuando la mucosa en el tracto gastrointestinal se altera funcionalmente, la digestión normal de los nutrientes se altera, y su asimilación en el cuerpo humano se deteriora, lo que puede conducir a la pérdida de peso y la desnutrición (a menudo en alcohólicos).
esófago Daño

El consumo agudo de etanol puede afectar negativamente a la capacidad de el esófago para actuar de forma espontánea (motilidad), lo cual perjudica su capacidad para controlar el reflujo gástrico. Con el tiempo esto puede convertirse en la esofagitis por reflujo (inflamación del esófago).