¿Cuáles son los típicos síntomas de presión arterial alta?
Las personas que tienen presión arterial alta por lo general no lo sabe a menos que hayan sido diagnosticados por un médico. La presión arterial alta presenta pocos síntomas, que tienden a ser de naturaleza leve. Debido a esto, la presión arterial alta a menudo se conoce como el "asesino silencioso". Algunas personas pueden experimentar una leve mareo, dolores de cabeza leves, náuseas y hemorragias nasales frecuentes.
Enfoque de Prevención
Debido a la falta de síntomas, medidas de prevención son particularmente importantes. Conocer los factores de riesgo de la hipertensión arterial:. Fumar, el estrés, la obesidad, la ingesta elevada de sodio, el consumo excesivo de alcohol, la edad (el riesgo aumenta a medida que uno envejece) y la raza (el riesgo es mayor en los afroamericanos)
Testing
La presión arterial alta se puede diagnosticar fácilmente con un examen simple e indoloro realizado en el consultorio de un médico. La lectura se compone de dos partes, la presión sistólica y la presión diastólica. Una lectura de la presión sistólica sano es de 120 mm Hg, mientras que una lectura diastólica aceptable es de 80 mm de Hg. Una lectura ideal se considera que 115 y 75, mientras que 140 y 90 se considera alta para un adulto sano.
El tratamiento con medicamentos
La presión arterial alta es tratada normalmente con los medicamentos recetados. Los medicamentos comunes incluyen diuréticos, que ayudan a la sangre a reducir sodio; bloqueadores de betel, que ayudan a abrir los vasos sanguíneos y la facilidad tensión en el corazón, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE), que limitan el estrechamiento de los vasos sanguíneos, y los inhibidores de la renina, que impiden un proceso químico que aumenta la presión arterial. Para el tratamiento farmacológico sea efectivo, el medicamento debe tomarse según las indicaciones.
Tratamientos adicionales
Cambios en la dieta puede reducir el riesgo de presión arterial alta. Mantener el peso corporal bajo control, dejar de fumar, reducir el sodio en la dieta, realizar ejercicios de respiración para reducir el estrés y evitar el consumo excesivo de alcohol. Los suplementos naturales como el ajo, el calcio, el cacao, los ácidos grasos Omega-3 y aceite de hígado de bacalao también pueden ser eficaces.