El inicio de la EM Los síntomas
Los primeros síntomas de esclerosis múltiple generalmente se hacen evidentes en las personas entre las edades de 20 y 40 años. Los síntomas pueden empeorar, y luego desaparecer, para reaparecer de nuevo, posiblemente, semanas o meses más tarde, durante este período de tiempo. Cuando los síntomas se repiten, que tienden a ser más pronunciada. Las mujeres corren un riesgo más alto de desarrollar la enfermedad que los hombres.
Síntomas sensoriales tempranas
Algunos de los síntomas más comunes de aparición temprana de la esclerosis múltiple implican problemas sensoriales del cuerpo sistema. La persona puede experimentar adormecimiento inexplicable y una sensación de hormigueo o cosquilleo en cualquiera de los brazos o las piernas. Estas sensaciones son sensibles al calor: se convierten en mucho peor después de que el individuo está expuesto al calor, tales como las temperaturas calientes del tiempo o de un baño o una ducha caliente
síntomas motores iniciales
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El sistema motor se ve afectado, incluso en las etapas más tempranas de la esclerosis múltiple. Dificultad para realizar tareas motoras con las manos y debilidad repentina en los brazos, piernas, o ambos, puede hacer que una persona con la condición de ser coordinados, tener dificultad para caminar, y tener dificultades para mantener a los objetos en sus manos. Los músculos, especialmente los de las extremidades, espasmo doloroso y puede llegar a ser difícil de controlar.
Síntomas visuales tempranas
La aparición súbita de visión borrosa o doble es otro de los primeros síntoma de la condición. Los problemas de la visión son causados por neuritis óptica, una inflamación del nervio óptico. En el caso de la esclerosis múltiple, el nervio óptico se inflama como porciones de su vaina de mielina se destruyen. Como las olas del nervio, que causa problemas visuales. Más de la mitad de los pacientes con esclerosis múltiple sufren neuritis óptica como un síntoma precoz de la enfermedad.
Síntomas neurológicos tempranos
neuronas del cerebro pierden su cubierta de mielina y de su capacidad para comunicarse eficazmente entre sí, se pueden producir problemas neurológicos característicos. La persona puede empezar a tener dificultades para pensar con claridad y tener la sensación de que no son tan capaces de pensar tan rápido como antes. Su capacidad de concentración y la memoria también pueden disminuir.