Cómo utilizar la radiación para el linfoma
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Seleccione la radioterapia externa. Este es el tipo más común de la terapia de radiación para linfomas y entregará un haz enfocado de radiación con un acelerador lineal. Este dispositivo se mueve alrededor del cuerpo para que pueda dirigirse a la zona deseada con la mínima exposición de radiación a los tejidos sanos. Además de tratar el tumor, la radioterapia también puede reducir el tamaño de una inflamación del hígado o el bazo. El paciente suele recibir radioterapia en una serie de sesiones durante un promedio de dos a 10 semanas.
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Realizar una simulación para determinar el mejor método de dirigir la radiación. Mida el cuerpo del paciente y marcar la piel con pequeños puntos para indicar los sitios diana para la radiación. También puede ser necesario el uso de un dispositivo para inmovilizar al paciente durante las sesiones de tratamiento.
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Determinar la dosis de radiación. Un oncólogo radioterapeuta selecciona la cantidad de radiación a usar en función del tipo de linfoma, su fase actual y el objetivo específico del tratamiento.
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Realizar radioinmunoterapia (RIT) para los linfomas que tienen un antígeno asociado. Este tipo de radioterapia utiliza un anticuerpo que corresponde a un antígeno que sólo es producido por el linfoma. Los anticuerpos están marcados con un radionúclido que emite radiación letal para la célula diana.
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Combine la radioterapia con quimioterapia. Linfomas en etapa temprana pueden ser tratados con radioterapia sola, pero las etapas posteriores suelen requerir un enfoque multimodal que incluye quimioterapia. La radioterapia también se puede combinar con la quimioterapia para preparar a un paciente linfoma de un trasplante de tejidos.