Lumbricales del Pie
son capaces de caminar por los grupos de forma de los músculos de los pies y las piernas de trabajo en conjunto. Cada músculo de su pie estabiliza uno de los huesos en el dedo del pie, permitiendo que su peso se desplace sin problemas al caminar o correr. Músculos lumbrical mantener el hueso del dedo del pie interior, o falange proximal. Tres grupos de músculos trabajan juntos para cada dedo del pie - una para flexionar el dedo del pie y dos más, incluyendo los músculos lumbricales, para estabilizarlo mientras está de pie o cuando transfiere su peso desde el talón a la punta de su pie. Músculos flexor largo doblar la rodilla, con lo que sus dedos de los pies en contacto con el suelo. Corresponde entonces a los músculos interóseos y lumbrical para mantener las articulaciones de los dedos en esta posición, lo que le permite soportar el peso de la bola del pie y los dedos.
Lumbricales
Lumbricales estabilizar la parte delantera de su pie mientras está de pie, de acuerdo con la Clínica Muscle Norcal, y la parte posterior de su pie en el momento en que usted está a punto de giro la pierna de atrás hacia adelante al caminar o correr. Lumbricales son más activas en ese movimiento entre estar de pie y moviendo la pierna hacia adelante.
Ubicación y mapa
Los lumbricales son cuatro músculos esqueléticos pequeñas y carnosas. Usted también tiene lumbricales en su mano. Lumbricales del pie comienzan en los tendones del flexor largo de los dedos, que se encuentra a medio camino entre el talón y los dedos del pie, justo en la parte más alta del arco. El fin lumbricales en los tendones en la parte interna de cada uno de sus dedos menores.
Complicaciones
Un desequilibrio en la fuerza muscular que hace que los grupos de músculos más fuertes para superar a una más débil puede resultar en deformidades de los dedos lo suficientemente graves como para inmovilizar a usted. "Agarrar" dedos de los pies al caminar, o usar zapatos sin espacio suficiente para mover los dedos de los pies, se traducirá en la marcha irregular y flexión del tobillo disminuida. Sin tratamiento, los desequilibrios musculares crónicas que afectan a los lumbricales del pie pueden llegar a causar daño permanente a sus piernas, caderas y espalda.