Si inhalas algo, ¿va a tus pulmones?

Inhalar una sustancia no la lleva directamente a los pulmones. Cuando alguien inhala un polvo, la sustancia ingresa a las fosas nasales y se absorbe a través de las membranas mucosas. Los conductos nasales están revestidos con pequeños vasos sanguíneos que permiten que la sustancia ingrese directamente al torrente sanguíneo, sin pasar por el sistema digestivo y el hígado. Esto significa que los efectos de la sustancia se pueden sentir más rápida e intensamente en comparación con otros métodos de administración, como tragar o inyectar.

Es importante tener en cuenta que inhalar una sustancia puede tener graves riesgos para la salud, incluido daño a los tejidos nasales, desviación del tabique y un mayor riesgo de infección. Además, inhalar determinadas sustancias puede provocar adicción y otras consecuencias adversas para la salud.