La capacidad del corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos para utilizar y transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo durante largos períodos de actividad moderada a vigorosa se denomina aptitud cardiovascular. Refleja la eficiencia con la que el cuerpo puede transportar sangre rica en oxígeno a los músculos y otros órganos, asegurando que tengan el combustible necesario para mantener una actividad física prolongada. La aptitud cardiovascular es un componente crucial de la aptitud física general, ya que favorece la resistencia, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora la salud y el bienestar general. Factores como el ejercicio aeróbico regular, una dieta saludable y hábitos de vida contribuyen al desarrollo y mantenimiento de una buena condición cardiovascular.