¿Qué significa si tu esclerótica se ha vuelto de color verde y amarillo?
Ictericia: Se trata de una coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos debido a los altos niveles de bilirrubina, un pigmento producido por la descomposición de los glóbulos rojos. La ictericia puede ser un signo de diversos problemas hepáticos, como hepatitis, cirrosis u obstrucción de las vías biliares.
Hepatitis: La hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar daño y provocar ictericia. Algunos tipos de hepatitis incluyen hepatitis viral (como hepatitis A, B o C), hepatitis alcohólica y hepatitis autoinmune.
Cirrosis hepática: La cirrosis es una enfermedad hepática crónica en la que el tejido hepático sano es reemplazado por tejido cicatricial. Puede provocar deterioro de la función hepática y complicaciones como ictericia.
Obstrucción del conducto biliar: Estos bloqueos pueden interferir con el flujo de bilis, el líquido digestivo producido por el hígado, lo que provoca un aumento de los niveles de bilirrubina e ictericia. Las causas comunes incluyen cálculos biliares, tumores y pancreatitis.
Infecciones: Ciertas infecciones, como la leptospirosis o la fiebre amarilla, pueden afectar el hígado y provocar ictericia.
Pancreatitis: La pancreatitis es una inflamación aguda o crónica del páncreas. Cuando es grave, puede provocar complicaciones, incluida ictericia.
Síndrome de Gilbert: Esta es una afección hereditaria leve caracterizada por niveles elevados de bilirrubina sin ninguna enfermedad hepática subyacente. Por lo general, causa una ligera decoloración amarilla de la esclerótica pero sin otros síntomas.
Además de estas causas, la ictericia en los recién nacidos (ictericia neonatal) es común y suele resolverse por sí sola. Sin embargo, es fundamental que un profesional de la salud evalúe a los recién nacidos con ictericia.
Recuerde, cualquier cambio notable en el color de su esclerótica justifica una evaluación médica para identificar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado. Su médico realizará una evaluación exhaustiva, incluida una revisión de sus síntomas, historial médico y cualquier medicamento que esté tomando, y puede ordenar pruebas relevantes (por ejemplo, análisis de sangre, estudios de imágenes) para diagnosticar la afección subyacente y determinar el tratamiento adecuado. plan.