¿Es seguro volver a perforar una oreja?
Uno de los principales riesgos es la infección. Al perforar una oreja, la piel se rompe, lo que crea una herida abierta que es susceptible a la infección. Si el piercing no se limpia y cuida adecuadamente, las bacterias pueden entrar en la herida y provocar una infección. Esto puede provocar dolor, hinchazón, enrojecimiento y secreción del piercing.
Otro riesgo son las cicatrices. Cuando se perfora una oreja, se forma tejido cicatricial alrededor de la perforación. Este tejido cicatricial puede ser visible y hacer que la oreja luzca desigual. En algunos casos, el tejido cicatricial puede ser lo suficientemente grave como para causar dolor e incomodidad.
Volver a perforar una oreja también puede causar un trauma adicional en el lóbulo de la oreja. Esto puede provocar un adelgazamiento del lóbulo de la oreja, lo que puede hacer que futuras perforaciones sean más difíciles o incluso imposibles.
Si está considerando volver a perforarse la oreja, es importante hablar con un médico o perforador para analizar los riesgos y asegurarse de que el procedimiento se realice de manera segura.