No es posible prevenir higiene personal. La higiene personal es la práctica de mantener la limpieza del cuerpo para reducir el riesgo de transferir microorganismos potencialmente dañinos de una persona a otra y evitar la propagación de infecciones. Incluye prácticas como bañarse regularmente, lavarse las manos, cepillarse los dientes, arreglarse el cabello, lavarse las manos y cubrirse la boca y la nariz al estornudar y toser. Las buenas prácticas de higiene son importantes para mantener la salud, el bienestar y proteger a los demás de posibles infecciones. La mejor manera de garantizar una buena higiene es formar hábitos y rutinas que incorporen estas prácticas.