Las moléculas orgánicas responsables del aislamiento de los órganos internos frente a los golpes se denomina tejido adiposo, comúnmente conocido como grasa corporal. El tejido adiposo está compuesto principalmente por adipocitos, células especializadas que almacenan energía en forma de lípidos o grasas. Estas células grasas están dispuestas en grupos, proporcionando amortiguación y aislamiento a varios órganos como el corazón, los riñones y los intestinos, protegiéndolos de impactos mecánicos, vibraciones y fluctuaciones de temperatura. Además, el tejido adiposo ayuda a regular la temperatura corporal actuando como una capa aislante, evitando la pérdida de calor del cuerpo.