¿Qué es la terapia con fagos?

La terapia con fagos es un enfoque terapéutico novedoso que implica el uso de virus conocidos como bacteriófagos para combatir y eliminar bacterias patógenas que causan diversas enfermedades. Los fagos, que abundan y están presentes de forma natural en el medio ambiente, son virus que infectan y destruyen exclusivamente bacterias específicas sin causar daño a las células humanas o animales.

Durante la terapia con fagos, se administran directamente al individuo bacteriófagos cuidadosamente seleccionados. Estos fagos tienen la capacidad de atacar e infectar las bacterias patógenas responsables de la infección o enfermedad. Los fagos ingresan a las células bacterianas y se replican dentro de ellas, lo que finalmente conduce a la destrucción de las bacterias. Después de destruir la bacteria objetivo, los fagos pueden atacar otras células bacterianas cercanas, creando un método eficaz y autosostenible para eliminar la infección.

Aquí hay un resumen de los puntos clave de la terapia con fagos:

Dirigido a bacterias específicas: Los fagos tienen la capacidad de atacar e infectar con precisión cepas específicas de bacterias. Lo hacen reconociendo y adhiriéndose a marcadores moleculares únicos presentes en la superficie de la célula bacteriana, asegurando que no afecten a otras bacterias beneficiosas o inofensivas del cuerpo.

Resistencia bacteriana: Los fagos evolucionan y se adaptan constantemente, lo que reduce la probabilidad de que las bacterias desarrollen resistencia. A diferencia de los antibióticos tradicionales, que pueden perder eficacia con el tiempo debido a la resistencia bacteriana, la terapia con fagos sigue siendo una alternativa prometedora, ya que los fagos a menudo pueden superar los mecanismos de resistencia desarrollados por las bacterias.

Naturaleza autorreplicante: Una vez que un fago infecta una célula bacteriana, comienza a replicar su ADN dentro de la célula, creando múltiples copias de sí mismo. Estos fagos recién producidos pueden liberarse de la célula bacteriana huésped e infectar otras bacterias cercanas, mejorando su eficacia para eliminar la infección bacteriana.

Efectos secundarios mínimos: Los fagos son muy específicos en su objetivo, lo que significa que no afectan ni dañan las células humanas o animales. Esta especificidad minimiza el potencial de efectos secundarios graves observados con algunos tratamientos con antibióticos tradicionales.

Enfoque personalizado: La terapia con fagos se puede adaptar a casos individuales, especialmente en casos en los que los tratamientos estándar han fracasado o cuando están involucradas múltiples cepas bacterianas. Al seleccionar fagos que se dirigen específicamente a las bacterias problemáticas, este enfoque personalizado aumenta las posibilidades de un tratamiento exitoso.

La terapia con fagos ya ha demostrado resultados prometedores en el tratamiento de una variedad de infecciones bacterianas, como las que afectan el sistema respiratorio, el tracto gastrointestinal, el tracto urinario e incluso infecciones de la piel. Además, actualmente se está explorando y probando la terapia con fagos en ensayos clínicos para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos, lo que ofrece esperanzas de superar uno de los desafíos más importantes de la medicina moderna.