La sangre y el pus en una muestra de orina a veces pueden ser causados por contaminación durante el proceso de recolección en lugar de representar una verdadera infección. Esto puede suceder si el recipiente utilizado para recolectar la orina no es esterilizado o si la persona que proporciona la muestra no limpia adecuadamente el área genital antes de la recolección. En tales casos, la presencia de sangre y pus puede no ser indicativa de una afección médica subyacente y puede descartarse repitiendo el análisis de orina con técnicas de recolección adecuadas.