El ritmo habitual para un niño de 9 años es de entre 60 y 100 pulsaciones por minuto (BPM). Sin embargo, esto puede variar según el nivel de actividad de cada niño y su salud general. Si la frecuencia cardíaca en reposo de su hijo está constantemente por encima o por debajo de este rango, es una buena idea hablar con su médico.