¿Qué pasa si te comes un tornillo?
1. Daño al Tracto Digestivo:
A medida que el tornillo atraviesa el esófago, el estómago y los intestinos, puede provocar abrasiones, laceraciones o incluso perforaciones en los tejidos delicados. Este daño puede provocar sangrado, dolor y riesgo de infección.
2. Bloqueo intestinal:
Dependiendo del tamaño y la forma del tornillo, podría atascarse en los conductos estrechos del sistema digestivo, especialmente en el intestino delgado o el colon. Esto puede provocar una obstrucción intestinal parcial o total, impidiendo el movimiento adecuado de los alimentos y los desechos a través del tracto digestivo.
3. Sangrado interno:
Los bordes afilados del tornillo pueden provocar desgarros o pinchazos en el revestimiento de los órganos digestivos, provocando hemorragias internas. Si no se trata con prontitud, esto puede provocar mareos, debilidad e incluso afecciones potencialmente mortales.
4. Perforación y Fuga:
En algunos casos, el tornillo puede perforar la pared del tracto digestivo, permitiendo que su contenido se filtre hacia la cavidad abdominal. Esto puede provocar infecciones graves, peritonitis y complicaciones potencialmente mortales.
5. Riesgo de sepsis:
Si el tornillo permanece en el cuerpo durante un período prolongado o si causa daños importantes, existe el riesgo de que la infección se propague por todo el cuerpo. La sepsis es una respuesta inflamatoria sistémica a una infección que puede poner en peligro la vida.
Es fundamental buscar atención médica inmediata si sospecha que alguien se ha tragado un tornillo o cualquier objeto extraño. El tratamiento puede implicar endoscopia, cirugía u otros procedimientos para extraer el tornillo de forma segura y prevenir posibles complicaciones.