¿Qué significan los fluidos amarillos que salen de la nariz?
- Resfriado común: La secreción nasal amarilla es un síntoma común del resfriado común, causado por una infección viral de la nariz y la garganta. La secreción puede ser fina y acuosa al principio, pero puede espesarse y volverse amarilla o verde a medida que avanza el resfriado.
- Sinusitis: La secreción nasal amarilla también puede ser un síntoma de sinusitis, que es una inflamación de los senos nasales. La sinusitis puede ser causada por una variedad de factores, que incluyen alergias, infecciones bacterianas e infecciones virales.
- Alergias: Las alergias también pueden causar secreción nasal amarilla. Cuando entra en contacto con un alérgeno, como polen, polvo o caspa de mascotas, su cuerpo libera histamina, lo que hace que sus fosas nasales se inflamen y produzcan una secreción amarilla.
- Otras causas: En algunos casos, la secreción nasal amarilla puede ser un síntoma de una afección subyacente más grave, como una infección bacteriana o un tumor. Si tienes secreción nasal amarilla que se acompaña de otros síntomas, como fiebre, dolor de cabeza o rigidez en el cuello, es importante consultar a un médico para descartar cualquier causa grave.
A continuación se ofrecen algunos consejos para controlar la secreción nasal amarilla:
- Beba muchos líquidos. Mantenerse hidratado ayuda a mantener las fosas nasales húmedas y reduce el riesgo de formación de costras e irritación.
- Utilice un humidificador. Agregar humedad al aire puede ayudar a aflojar la mucosidad y hacer que sea más fácil sonarse la nariz.
- Tomar medicamentos sin receta. Los medicamentos de venta libre, como los descongestionantes y los antihistamínicos, pueden ayudar a reducir la hinchazón y la inflamación de las fosas nasales y aliviar la congestión.
- Evitar los alérgenos. Si sabes qué desencadena tus alergias, evita en la medida de lo posible entrar en contacto con ellos.
- Consulte a un médico si sus síntomas son graves o no mejoran. Si su secreción nasal amarilla se acompaña de otros síntomas, como fiebre, dolor de cabeza o rigidez en el cuello, es importante consultar a un médico para descartar cualquier causa grave.