La razón por la que los plumeros hacen cosquillas se debe a un fenómeno conocido como "mecanorrecepción cutánea". Los mecanorreceptores cutáneos son receptores sensoriales ubicados en la piel que responden a estímulos mecánicos como el tacto, la presión y la vibración. Los plumeros tienen plumas suaves y flexibles que, cuando se rozan contra la piel, crean un toque ligero y plumoso que estimula los mecanorreceptores cutáneos. La sensación generada por estos receptores es interpretada por el cerebro como una sensación de cosquilleo, que puede provocar sensaciones de diversión, risa o malestar según la sensibilidad del individuo. Además, lo inesperado del estímulo y el contraste entre el tacto suave y la textura más áspera de las plumas pueden contribuir a la sensación de cosquillas.