Por lo general, no se recomienda dormir con sus hijos mientras reciben quimioterapia. Los medicamentos de quimioterapia pueden permanecer en su cuerpo durante varios días después del tratamiento y pueden transmitirse a sus hijos a través del contacto cercano. Los niños, especialmente los bebés y los niños pequeños, son más sensibles a los efectos de los medicamentos de quimioterapia y pueden tener más dificultades para eliminarlos de sus cuerpos. Por lo tanto, para minimizar el riesgo de exponer a sus hijos a los medicamentos de quimioterapia, es importante mantener una distancia segura y evitar el contacto cercano hasta que su médico determine que es seguro. Hable con su equipo de atención médica para obtener orientación y precauciones específicas que debe tomar para proteger a sus hijos.